¿Dónde estabais el 11 de septiembre de 2001, cuando el mundo entero vio en directo la caída de las Torres Gemelas de Nueva York? Seguro que lo recordáis.
Esa es la primera pregunta que nos plantea el cómic 11 de septiembre de 2001. El día que cambió el mundo (Norma editorial), del periodista Baptiste Bouthier y la ilustradora Héloïse Chochois. Una apasionante reconstrucción de los atentados de ese día, que se cobraron la vida de casi 3.000 personas, pero también un interesante análisis periodístico de cómo ese suceso ha cambiado el mundo en estos últimos 20 años.
Y es que esos atentados trajeron el terrorismo global, la invasión de Irak, las violaciones de derechos humanos de Guantánamo, la vigilancia masiva, la guerra de Afganistán, el Estado Islámico… y, en general, una sensación de inseguridad a nivel mundial, que todavía dura y que ha dado a algunos gobiernos, como el norteamericano, una excusa para recortar las libertades individuales.
El cómic está narrado desde el punto de vista de Juliette, una joven europea que, en septiembre de 2021, viaja por primera vez a Nueva York y rememora cómo vivió los atentados por televisión y los sucesos posteriores que todos hemos vivido durante estos últimos 20 años.
Destacar el excelente trabajo periodístico, tanto del guionista como de la dibujante, que consiguen que retrocedamos en el tiempo, a esos momentos que siempre formarán parte de nuestra memoria colectiva. Y los dibujos de Héloise, que recontruye los atentados con todo el dramatismo, pero nada de sensacionalismo. Ambos consiguen, que, a pesar de la espectacularidad delos atentados, los grandes protagonistas sean los seres humanos que los vivieron.
Y elmensaje principal del cómic, que ha quedado demostrado a la vista de los recientes acontecimientos en Afganistán: La guerra nunca es la solución.
El cómic comienza con una reconstrucción periodística de los atentados, desde que el vuelo 11 de American impactó contra la Torre Norte del World Trade Center (WTC), a las08.46.30 de la mañana, hora local. Al principio nadie sabe lo que ha pasado, pero las sospechas de atentado se confirman cuando un segundo avión, el vuelo 175 de United, embiste la Torre Sur, apenas 19 minutos después.
Un impacto que todos vimos en directo por televisión, ya que para entonces el mundo entero había conectado con Nueva York para ver qué estaba pasando.
A partir de aquí, el cómic se basa en testimonios de supervivientes para contarnos cómo fue la rápida intervención de los bomberos, que salvó cientos de vidas, y recrea cómo algunas personas lograron escapar, por pura suerte, mientras otros escogían el camino equivocado. También recrea el testimonio de una periodista francesa que consiguió algunas de las primeras fotografías del suceso.
El cómic también es un homenaje a las víctimas, incluyendo a los 343 bomberos que perdieron la vida ese día, la mayoría aplastados cuando cayó la primera torre. Y es que nadie esperaba que se derrumbasen.
Por supuesto también recrea los otros atentados de ese día, el del vuelo 77 de American, que se estrelló contra el pentágono. Y el del vuelo 93 de United que cayó en un campo de Pensilvania después de que tripulación y pasajeros se enfrentasen a los terroristas.
Y no podemos olvidar la imagen de George Bush Jr., el hombre más poderoso del mundo, que estaba leyendo un cuento a unos niños en un colegio, actividad que no interrumpió ni siquiera cuando le comunicaron los atentados y que Estados Unidos estaba bajo ataque terrorista.
El cómic nos recuerda también que las víctimas de ese 11-S son muchas más que las que fallecieron ese día, ya que muchos hombres y mujeres que estuvieron en primera línea ese día, como bomberos o policías, respiraron un humo tóxico que ha provocado la muerte de otras tres mil personas. Además de que hay otras 10.000 enfermas de cáncer, que tienen que sufragarse sus gastos médicos. Un grave problema sanitario y legal que sigue sin resolverse. Ellos tardaron 5 segundos en responder a los atentados, pero llevan 20 años esperando a que se les compense por las enfermedades derivadas del suceso.
Esa primera parte del cómic nos despertará numerosos recuerdos, pero periodísticamente nos interesa más la segunda parte, en la que los autores analizan las consecuencias del atentado que, como decimos, seguimos viviendo 20 años después.
Empezando por la ola de terror que se desató tras los atentados, sobre todo en unos Estados Unidos que nunca habían sufrido un atentado terrorista de esa magnitud en su territorio.
Estados Unidos comenzó su respuesta a los atentados, a la que denominó "War on Terror". George Bush prometió acabar con al Qaeda y Bin Laden e incluso con todos los grupos terroristas internacionales. Apenas 72 horas después de los atentados, Bin Laden ya era el hombre más buscado del mundo.
A esa operación le seguiría la guerra contra Afganistán, con el nombre de 'Operación Libertad Duradera', porque su gobierno se negó a entregarles a Bin Laden.
Entonces Bush firmó una de las leyes más polémicas de la historia de Estados Unidos: la Patrior Act, que recortaba las libertades fundamentales de los norteamericanos, autorizando al gobierno a pinchar los teléfonos de cualquiera o entrar en domicilios de sospechosos sin previo aviso. Y lo peor de todo: te pueden encarcelar por terrorismo sin pruebas, solo por meras sospechas, y por un tiempo ilimitado (que se lo digan a los presos de Guantánamo). Una polémica ley que sigue vigente 20 años después.
En 2003 Estados Unidos empezaría otra guerra, esta vez con Irak (que gobernaba Sadam Husein), país al que también acusa de colaborar con Al Qaeda y de tener "armas de destrucción masiva". Algo que resultó ser completamente falso y solo otra de las excusas de los americanos para iniciar la guerra y, de paso, arrastrar a algunos de sus aliados europeos a la guerra, como España.
Y en 2013 Edward Snowden reveló al planeta que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos espiaba sistemáticamente a todo el mundo (líderes mundiales incluidos), desde los correos electrónicos a las llamadas de teléfono, pasando por los datos de Google y las redes sociales como Facebook o Twitter.
Mientras los norteamericanos se metían en guerras que no podían ganar, los terroristas contraatacaban sembrando el terror con atentados en países aliados de USA. El primero y uno de los que registró más víctimas fue el de la madrileña estación de Atocha, del 11 de marzo de 2004, donde murieron 192 personas.
Le seguirían los atentados del 7 de julio de 2005 en el metro y en un autobús de Londres (56 muertos); Bruselas (32 muertos en 2016), los de París del 13 de noviembre de 2015 (90 muertos en la sala Bataclán, 39 en varias terrazas y 1 en un estadio) y el de la revista satírica Charlie Hebdo (13 muertos, el 7 de enero de 2015)... por citar solo los más recordados.
Los norteamericanos supuestamente echaron a los talibanes de Afganistán en 2001 y el gobierno de Barak Obama acabó con Bin Laden el 2 de mayo de 2011, aunque la guerra nunca terminó y estos días estamos asistiendo, atónitos, a la vuelta al poder de los talibanes en Afganistán y a la retirada de las tropas internacionales.
Lo que demuestra que, como razonan los autores, la guerra no es la solución en los conflictos de Afganistán e Irak.
Todos los hechos que he narrado, y muchos más, los encontraréis en este cómic, que es fundamental para entender lo que ha pasado en el mundo en estos últimos 20 años. Y lo que puede pasar a partir de ahora, tras el regreso de los talibanes a Afganistán.
Queremos acabar esta noticia con otros 5 cómics imprescindibles para entender el 11-S, empezando por una obra maestra: Sin la sombra de las torres (Norma, 2004), de Art Spiegelman, en la que el famoso autor de Maus, que fue testigo directo de los atentados, usa el cómic para relatar su propia odisea personal y cómo este hecho cambió su visión del mundo. Además de reflexionar sobre la actitud de los americanos ante la catástrofe y hacer una feroz crítica de la administración Bush. También usó este cómic para superar los traumas a través del arte.
El informe 11-S, publicado por Panini pero actualmente agotado, es una fabulosa novela gráfica de Sid Jacobson y Ernie Colón, que describía de una forma rigurosa y objetiva, casi documental, los acontecimientos del 11-S. Un excelente trabajo que fue un auténtico best seller, en estados unidos, por su capacidad para estremecer a toda la sociedad con la descripción objetiva de los hechos.
El famoso artista surcoreano Kim Jung Gi (Corea del Sur, 1975) homenajeó a las víctimas de los atentados con un espectacular cómic de colección de la agencia Magnum: McCurry, NY 11 septiembre 2001 (Diábolo ediciones), protagonizado por el fotógrafo Steve McCurry, que ese día dió testimonio de la tragedia con sus inolvidables instántaneas. La mezcla de las fotografías y los dibujos de estos dos artistas da lugar a imágenes inolvidables y a uno de los más bellos homenajes que se ha hecho a las víctimas de los atentados.
El 14 de noviembre de 2001 Marvel homenajearía a la ciudad y a sus auténticos héroes (bomberos, médicos, policías...) enThe Amazing Spider-Man Nº 36 (con guion de J. Michael Straczynski y dibujos de John Romita Jr.). Una historia en la que Spiderman y los demás superhéroes se veían impotentes ante la catástrofe y solo podían ayudar en las tareas de búsqueda de víctimas y de limpieza de escombros. En los meses siguientes la editorial también lanzó cómics dedicados a policías, bomberos, etc...
Y finalmente nos gustaría recomendar un cómic muy interesante que especulaba con la posibilidad de que los atentados no se hubieran producido nunca, al estilo de los What if... de Marvel. Se trata de El príncipe de las tinieblas (Ponent Mon, 2019). El protagonista es John Patrick O'Neill (1952-2001), un agente del FBI que advirtió durante años sobre un posible atentado de Bin Laden y que, ironías de la vida, murió en las Torres Gemelas. Pero... qué hubiera pasado si le hubieran escuchado y hubiesen frenado a Bin Laden antes de los atentados. Una interesante posiblidad que da lugar a un gran cómic, pero que, en la realidad, desgraciadamente no sucedió.