El desarrollo y aplicación de la inteligencia artificial (IA) en los distintos campos del desarrollo científico necesita buscar el bienestar general de la humanidad y no profundizar diferencias e inequidades entre personas, culturas y países, con el objetivo de establecer los principios y valores humanos y universales.
Para ello, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recomendó el respeto, protección y promoción de las garantías individuales, las libertades fundamentales y la dignidad humana; prosperidad del medio ambiente y de los ecosistemas; garantizar la diversidad y la inclusión; así como vivir en sociedades pacíficas, justas e interconectadas.
En la Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, desarrollada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco); la máxima casa de estudios estableció utilizar este principio como instrumento para hacer realidad las ventajas tecnologías y científicas en beneficio de una sociedad “sin riesgos”.
Al realizar la exposición, la directora general de Ciencias Sociales y Humanas de la Unesco, Gabriela Ramos, detalló que el documento es un hito histórico y ambicioso que permite “repensar la forma como gobernamos estas tecnologías, y de qué manera pueden contribuir a mejorar el bienestar de la población y reducir los riesgos”.
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— The Other A. Sharpton Sun Jun 28 17:44:20 +0000 2015
En su oportunidad, el titular del Programa Universitario de Derechos Humanos, Luis Gonzalez, consideró que durante el crecimiento de la inteligencia artificial debe de existir el modo de no vulnerar los derechos humanos, y preservar, incondicionalmente, la dignidad de las personas pues “el impacto de las máquinas inteligentes en la vida cotidiana de las personas es ya una realidad”.
La UNAM presentó los diez principios básicos para la aplicación de la inteligencia artificial que incluyen la proporcionalidad y no causar daño, seguridad y protección, equidad y no discriminación, sostenibilidad, derecho a la intimidad y protección de datos.
Aunado a supervisión y determinación humana, transparencia y explicabilidad, responsabilidad y rendición de cuentas, sensibilización y alfabetización, al igual que gobernanza y colaboración multisectorial y adaptativa.
Por lo que la recomendación incluye varios capítulos orientados a la acción que abarcan género, desarrollo y cooperación internacional, medio ambiente y ecosistemas, salud y bienestar social, comunicación e información y educación e investigación.
LP