Las ayudas para las pymes vascas lograron una inversión de 2.059 millones en 2021

ZIGOR ALDAMA

«Los objetivos de las ayudas para las pymes vascas se han cumplido con creces». Así de optimista ha presentado hoy Arantxa Tapia el resumen del impacto que tuvieron el año pasado las ayudas para las pequeñas y medianas empresas de Euskadi. Según los datos aportados por la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, en total se destinaron 511,5 millones de fondos públicos para impulsar 8.096 de los 13.400 proyectos presentados a las diferentes convocatorias abiertas en los 68 programas diseñados por el Ejecutivo. Son 81,5 millones más de los presupuestados inicialmente, reflejo del interés del tejido empresarial vasco por subirse al tren de las diferentes transformaciones que están en marcha, entre las que destacan la digital y la ecológica. «Muestra de que la empresa vasca no está parada y hace inversiones de futuro es que ha acompañado las ayudas y las ha multiplicado por cuatro», ha destacado Tapia. Así, la inversión total relacionada con los programas alcanzó en 2021 los 2.059 millones de euros, una cifra que supera ya a la de 2019. Y la consejera avanza que el dinamismo de la pyme vasca continúe creciendo este año de la mano de una paulatina reducción de las restricciones a la movilidad internacional.

No obstante, Tapia reconoce que la incertidumbre perdura, aunque las razones que la provocan son diferentes a las del inicio de la pandemia. «Está motivada por los elevados precios de las materias primas, de la energía y de la logística, así como por la crisis de suministros y el impacto de la sexta ola», ha enumerado. A ello se suma la tardanza en la llegada de los fondos europeos, que ha provocado el retraso de algunos planes. Por ejemplo, un programa de economía circular dotado con un presupuesto de 13 millones procedentes de los Next Generation EU está aún en fase de valoración. No obstante, Tapia es también optimista en cuanto a la llegada de la financiación europea, cuyo grueso espera para este año.

Las ayudas para las pymes vascas lograron una inversión de 2.059 millones en 2021

En lo que respecta al destino que han tenido las ayudas públicas, destacan las que se centran en tecnología, con un presupuesto inicial de 210 millones que finalmente se ha incrementado hasta los 225 millones. «Se ha comprobado que las empresas han mantenido su apuesta firme por la I+D como herramienta de preparación para una salida de la crisis», subraya el Gobierno Vasco. La asignatura pendiente está en la innovación de las microempresas. «Todavía hay que incidir en ellas», ha señalado Tapia, que también ha pedido «acelerar la adopción de las nuevas tecnologías digitales», como el 5G o la inteligencia artificial.

Los programas de apoyo a la inversión para el desarrollo industrial también cerraron 2021 con ayudas concedidas por un muy superior al inicialmente presupuestado -100 millones frente a 59-. En ese terreno positivo le siguieron la transformación digital -con 17,8 millones destinados, 3 más que lo presupuestado- y el emprendimiento -6,8 millones concedidos frente a un presupuesto inicial de 4,2-. Tapia ha destacado sobre todo el segundo, «que, al contrario de lo que ha sucedido en España y en Europa, ha registrado datos muy positivos».

A su juicio, todo ello ha fomentado la recaudación fiscal récord y la recuperación del empleo. Por su parte, el responsable de Spri, Aitor Urzelai, ha incidido en el impacto de los programas de contratación y formación, que han permitido atraer a 74 personas altamente cualificadas, han ofrecido casi 800 becas, y han formado a 18.000 personas en capacidades digitales.

En el extremo opuesto, entre los programas que no repartieron el presupuesto disponible, se encuentran los programas de relanzamiento industrial -que apenas se quedaron en 1,1 de los 6 millones previstos-, los destinados a las pymes del primer sector -para los que han quedado 6,3 millones sin conceder-, y los de la industria alimentaria -que han quedado a 4,7 millones-. El Gobierno ya trabaja en los planes para las ayudas de 2022, que tratarán de «socializarlas de la forma más extensiva y capilarizada».

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