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Un mundo hiperconectado donde nada será como lo conocemos gracias al desarrollo y la implementación de la tecnología en casi todos los aspectos de la vida: así es la Cuarta Revolución Industrial, el futuro que ya está aquí. Si en el siglo XVIII la máquina de vapor fue el elemento que revolucionó la producción mecánica, la cadena de montaje y el sector industrial fueron los ámbitos en los que la Segunda Revolución Industrial, marcada por la electricidad, cambiaron drásticamente en 1870. La última revolución está fechada en 1969, con la programación de las máquinas y la tímida pero segura llegada de la informática a la sociedad, desembocando en la ya conocida como automatización.
La industria 4.0 es la gran protagonista de la Cuarta Revolución Industrial, un paradigma en el que conviven el mundo físico y el digital en una combinación que afecta no solo al sector secundario, sino a otros entornos tan diversos como la sanidad, la economía, la publicidad, la privacidad y el mercado laboral, entre otros. La Inteligencia Artificial (IA), la tecnología 5G y el IoT (Internet of Things) son algunos de los desarrollos digitales que están cambiando los modelos de gestión, negocio y producción de las compañías de todo el mundo gracias a su fuerza disruptiva.
De esta manera, se espera que todos los sectores sufran un cambio impulsado por la nueva relación entre el hombre y la máquina en un entorno de robotización y automatización masiva. Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, fue la primera persona en acuñar el concepto ‘Cuarta Revolución Industrial’ para referirse a esta realidad. En el año 2016, publicó un libro homónimo donde vaticinaba las consecuencias de esta revolución como “un mundo en el que los sistemas de fabricación virtuales y físicos cooperan entre sí de una manera flexible a nivel global. Sin embargo, no consiste solo en sistemas inteligentes y conectados. Su alcance es más amplio y va desde la secuenciación genética hasta la nanotecnología, y de las energías renovables a la computación cuántica. Es la fusión de estas tecnologías y su interacción a través de los dominios físicos, digitales y biológicos lo que hace que la Cuarta Revolución Industrial sea diferente a las anteriores".
Las nuevas tecnologías son las responsables de que el mundo vaya a cambiar tal y como lo conocemos. La robótica, la nanotecnología, la analítica, el IoT… se están implementando en cada uno de los aspectos de la vida y se presentan como soluciones para cubrir las necesidades y las demandas de la actualidad, en un mundo cada vez más conectado y globalizado que requiere de respuestas inmediatas.
La aplicación de la tecnología trae consigo una mejora de la productividad, la eficiencia y la calidad en los procesos industriales y digitales, mientras que los grandes inconvenientes son los riesgos cibernéticos y las amenazas a la ciberseguridad, la brecha digital, la cualificación del personal y el requisito a las empresas para ser rápidas a la hora de adaptarse a los cambios que ya están aquí.
El mundo digital y su vertiginosa evolución están cambiando las reglas del juego, siendo las principales responsables, según recoge la consultora Michael Page: la Inteligencia Artificial (IA), el IoT, los cobots (interactúan con las personas en entornos colaborativos), la realidad aumentada y virtual, el Big Data y la impresión 3D y 4D. A estas habría que añadir la robótica y su peso en el cambio de modelo de producción industrial, los drones, la nanotecnología, las criptomonedas y los vehículos autónomos, cuyos avances ya están modificando espacios como la medicina o las relaciones laborales.
Este cambio de paradigma lo hace posible la tecnología 5G, la cual facilitará el intercambio de una ingente cantidad de datos en la nube a una velocidad sin igual. La implantación de la red móvil de quinta generación permitirá que todos los objetos inteligentes, desde un smartphone a un altavoz, un vehículo, el frigorífico o un robot, puedan comunicarse entre sí y con nosotros en tiempo real.
La velocidad es la clave del 5G, que puede alcanzar hasta 10GBps (gigabytes por segundo), siendo hasta 100 veces más rápido que las principales ofertas de fibra óptica del mercado cuando se aprovecha a pleno rendimiento. Esto es lo que permite incrementar significativamente el número de dispositivos conectados a la vez para que puedan compartir información simultáneamente y sin esperas, es decir, mejora de forma considerable la latencia, reduciendo el tiempo de respuesta al enviar y recibir paquetes de datos por debajo de un milisegundo. Y, a su vez, la red 5G requiere de un consumo mucho menor, por lo que ya no serán necesarios ni tanta alimentación energética, ni los sensores desplegados para su correcto funcionamiento.
La clave del 5G es que no se basa simplemente en una mejora tecnológica al uso, más velocidad, conexión o eficiencia, es mucho más. Es una herramienta que aglutinará y potenciará el resto de tecnologías, desde la Inteligencia Artificial, Cloud, Big Data o Edge Computing. España vive un momento crucial en el proceso de digitalización y despliegue del 5G por lo que es momento de apostar por la mejor tecnología y por crear un marco que incentive la competencia y las inversiones en proyectos punteros.
En este sentido, cabe destacar a Huawei, que participa ya en tres de los principales proyectos piloto 5G, impulsados por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a través de Red.es. Destacando casos de uso en ámbitos como la eficiencia energética, la agricultura de precisión, el mantenimiento de edificios, supervisión de infraestructuras ferroviarias, o la robótica de emergencias sanitarias…
El futuro que augura la Cuarta Revolución Industrial requiere que los trabajadores estén cualificados y preparados para desenvolverse en la industria 4.0. En España, esta especialización la están liderando los módulos de Formación Profesional (FP), con la creación de cursos centrados en la IA y el Big Data para formar, desde la educación, a los profesionales que demandarán todos los sectores.
Prepararse para los cambios que ya están aquí tiene su recompensa: algunas facultades y escuelas de Ciclos Formativos aseguran que cuentan con unos niveles de ocupación de sus alumnos de hasta el 100% dentro de los estudios orientados a la automatización y el control informático. Así, la consultora británica Michael Page, especializada en Recursos Humanos, ya en 2017 cifraba en un 50% el incremento de la demanda de especialistas en tecnología aplicada a la automatización industrial.
Si hablábamos de que uno de los inconvenientes de la Cuarta Revolución Industrial es su velocidad para aplicar cambios, el mercado laboral es un claro ejemplo de cómo esto se está traduciendo en la actualidad: faltan trabajadores cualificados para la fábrica del futuro, según advierten las propias compañías. Cada vez se piden más competencias específicas y de alto perfil que sean capaces de abordar la transformación digital. De hecho, la Agencia Europea para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop) estima que de aquí a 2025, unos 46 millones de ofertas de trabajo (de un total de 107 millones) serán puestos relacionados con la industria 4.0; con el foco puesto en las competencias STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics).
En España, Cedefop augura que, entre hoy y 2030, se crearán un 65% de nuevos puestos de trabajo para profesionales con cualificaciones medias (FP) y solo un 35% para universitarios. Una diferencia de porcentajes que evidencia el buen momento que vive y que le espera a la FP, ya que no competirá con la universidad, sino que se establecerá como una herramienta educativa complementaria para poder formar al resto de perfiles que demandan las empresas y que no salen de los campus.
De cara a este cambio de paradigma, el Gobierno reforzó el curso pasado los estudios de FP, incluyendo titulaciones relacionadas con la industria 4.0, Big Data, robótica o inteligencia artificial. Durante la etapa 2020-2021, la oferta ha contado con Fabricación Inteligente, Digitalización del mantenimiento industrial, Ciberseguridad en entornos de producción, Ciberseguridad en entornos de la tecnología de la información, Telecomunicaciones ferroviarias y videojuegos. Y para el curso que viene, 2021-2022, estarán listos: Fabricación aditiva, Implementaciones de infraestructuras 5-G, Materiales compuestos, Inteligencia artificial y Big Data, Vehículos eléctricos, Instalación y mantenimiento de infraestructuras eléctricas o BIM (información y modelaje de edificios).
¿Cómo será el mundo de la Cuarta Revolución Industrial? El sector de los negocios vivirá el mayor impacto con la transformación digital. Ya en 2020, las empresas tuvieron que hacer frente a una situación nunca antes vista a causa de la pandemia de la COVID-19, momento en el que volcaron sus esfuerzos en estar presentes en la red para no perder clientela ni volumen de negocio.
Una transformación digital forzada por las circunstancias excepcionales, pero que da cuenta de las demandas del futuro y de que trae consigo una mejora de las expectativas del cliente con respecto a las corporaciones, la mejora del producto que se ofrece (ya sea tangible o un servicio a terceros), el fomento de la innovación colaborativa (a raíz de la escucha de las demandas de los usuarios) y nuevas formas organizativas (deslocalización).
La información es poder y usar el Big Data para obtenerla de los clientes es vital para poder segmentar las operaciones de las empresas en función de los intereses de cada uno de ellos. En este baile de datos se hace fundamental la reducción de latencia que permiten el 5G y el IoT, que ponen en comunicación los dispositivos desde los que los usuarios acceden a la red con los servidores de las compañías, creando un canal de gran valor del que se benefician las dos partes.
La latencia traerá consigo modificaciones en amplios aspectos de la vida, gracias a que facilita la comunicación entre los dispositivos que nos rodean. De esta manera, por ejemplo, se desarrollarán aplicaciones como la conducción automatizada o se digitalizarán por completo, con la ayuda de la IA y la robótica, entornos como la producción industrial. Las ciudades, donde vivirá el 68% de la población mundial para el año 2050, según calcula la ONU, estarán completamente automatizadas gracias al desarrollo del IoT.
De entre todos los aspectos sociales donde la Cuarta Revolución Industrial tendrá su impacto, la sanidad es uno de los que más llaman la atención. En la actualidad, se ha puesto en marcha el conocido como Sistema Quirúrgico Da Vinci, desde el que se permite ejecutar una cirugía remota, un hito que se retransmitió en directo en el Mobile World Congress de Barcelona en 2019, siendo la primera operación del mundo guiada con 5G.
En España, son muchas las empresas que ya están viviendo en el futuro, aplicando la transformación digital que la Cuarta Revolución Industrial trae consigo y enfocándola al uso de la IA para mejorar sus procesos rutinarios y la relación con sus clientes. Una de sus mayores aplicaciones, cuyos resultados ya estamos viviendo en el presente, es el del servicio de mensajería y transporte. La IA permite geolocalizar los pedidos, conocer los tiempos de entrega y aprende continuamente sobre los fallos y aciertos que ocurren durante los procesos de funcionamiento habituales.
A través de la digitalización, los ciudadanos pueden ver en tiempo real dónde se encuentran sus pedidos, cambiar la hora de entrega con tan solo un clic, acceder a su historial de registros, pagar de forma digital… una realidad que ya presente en la app de Correos, una de las compañías nacionales que está aplicando los procesos digitales a sus operaciones.
Particulares, trabajadores, autónomos, empresas y grandes corporaciones pueden beneficiarse de las funcionalidades de la aplicación, como concertar una cita previa, buscar una oficina o cambiar la dirección de entrega con Correos Modify. Con estas prestaciones, la app ofrece una experiencia totalmente nueva a sus usuarios, quienes tienen en la palma de la mano las funcionalidades que antes dependían de una gestión física en cualquiera de sus oficinas. Esta será la clave del proceso de transformación digital, la creación de nuevos modelos de negocio que aún no nos podemos ni imaginar a través del desarrollo de estas tecnologías y la creación de nuevas sinergias entre el sector TIC, empresas, administraciones y resto de ámbitos de la sociedad.