Esa bestia de la inteligencia artificial que responde al nombre de IBM Watson es sin lugar a dudas, uno de los proyectos tecnológicos más interesantes puestos en marcha por la multinacional americana en las últimas décadas.
De ser poco más que una curiosidad capaz de vencer a cualquier ser humano en un concurso de televisión, ha demostrado tener un enorme potencial para revolucionar campos de investigación como el bioquímico o el médico, ha ayudado a las empresas a tomar mejores decisiones basadas en datos y está consiguiendo que empecemos a «hablar» con las máquinas de forma natural.
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KEYS Suscríbete a la nueva newsletter de MCPROTransformación Digital en España ¡Participa y envíanos tu caso de éxito!Tendencias de inversión TIC en 2021 ¡Descárgate el informe!¿Pero cuál es su historia? ¿Cómo ha llegado a ser IBM Watson probablemente la división comercial de IBM que más crece? ¿Qué aporta al campo de la IA y qué esperamos de este desarrollo en el futuro?
Para encontrar los orígenes de Watson hay que remontarse al año 1996, cuando IBM presenta Deep Blue, la primera IA capaz sobre el papel, de superar «intelectualmente» las capacidades de un ser humano y que demuestra su competencia un año más tarde al derrotar al campeón del mundo ajedrez Gary Kasparov con un resultado de 3,5 por 2,5, mientras que en su enfrentamiento el año anterior se había saldado con una clara victoria del campeón ruso por cuatro partidas a dos.
Quince años más tarde (2011) y como sin lugar a dudas muchos saben, el ingeniero de IBM, David Ferrucci, se propone el «más difícil todavía» y se pone al frente de un equipo de investigación cuyo objetivo es desarrollar una plataforma lo suficientemente inteligente como para vencer al campeón mundial de Jeopardy!, un popular concurso de televisión en Estados Unidos, basado en la clásica dinámica de preguntas y respuestas.
¿Pero por qué Jeopardy! precisamente y no otro? No sólo porque era un concurso tremendamente popular, sino por contar con una estructura endiablada, diferente al programa de preguntas y respuestas tradicional. En vez de basarse en preguntas «académicas» del tipo «¿Cuál es la capital de Angola?», Jeopardy! presenta a los concursantes unas respuestas, que deben conocer qué es lo que representan. Dicho de otra forma, ante la información «Atravieso varios países de América del Sur y mi longitud supera los 7.000 Km» la respuesta correcta sería «Soy el río Amazonas» pero además, el programa utiliza todo tipo de juegos de palabras, giros lingüísticos y combinaciones inesperadas que hacen casi imposible encontrar información «de forma indexada».
La consecuencia natural de lo anterior y que explica que antes de lo nuevo de IBM ningún otro ordenador se atreviese a enfrentarse a este reto es que «la máquina» que quisiese ganar el juego no le bastaba con «buscar la información» en una base de datos sino que de alguna manera, tenía que llegar a comprender realmente lo que le estaban preguntando, captar la ironía e incluso, tener sentido del humor.
El resultado, un IBM Watson, cuyo nombre hace referencia y homenajea a Thomas J. Watson, fundador y primer CEO de de la compañía.
Para poder vencer a dos de sus campeones más legendarios (Brad Rutter y Ken Jennings) el equipo de Watson construye una plataforma en la que aplicar los últimos avances del momento en campos como el procesamiento del lenguaje natural, recuperación de información, representación del conocimiento, razonamiento automatizado y machine learning con el objetivo de dar respuestas a preguntas abierta y de dominio público.
Ya en su primera versión, IBM explicó que Watson era capaz de «utilizar de cien técnicas diferentes para analizar el lenguaje natural, identificar fuentes o encontrar, fusionar, generar y clasificar hipótesis.» lo que le valió ganar el premio de un millón de euros al imponerse finalmente con una ligera diferencia a sus dos contrincantes humanos.
Tras demostrar su capacidad sobre el terreno de juego, en 2013 IBM desarrolló junto al centro hospitalario Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, su primer proyecto comercial: una aplicación práctica que mejoraba enormemente la toma de decisiones a la hora de gestionar el tratamiento clínico (y farmacológico) de los pacientes afectados por cáncer de pulmón.
Desde entonces las capacidades de Watson no han parado de crecer y con el paso del tiempo ha incorporado nuevas tecnologías como la potencia de cloud para llegar más lejos y ha dejado de ser un sistema informático de preguntas y respuestas a uno muy diferente capaz de «ver», «oír», «leer», «gustar», «interpretar», «aprender» o «recomendar».
Por supuesto el IBM Watson que el equipo de David Ferrucci presenta en 2011 no es precisamente el mismo con el que trabajan empresas e investigadores de todo el planeta en la actualidad.
En estos momentos, mantener en funcionamiento este gigante de la computación ha supuesto la puesta en marcha de un clúster formado por 750 servidores IBM Power 750, cada uno de los cuales utiliza un procesador de ocho núcleos Power7 a 3,5 GHz. A esto hay que sumar nada menos que 16 TB de memoria RAM. Esto supone una potencia de cálculo bruto de 80 petaflops, lo que en términos de superordenadores (por muchos aspectos no entra en esta categoría) entraría directamente en ranking de los cinco primeros.
¿De qué forma se mueve toda esta potencia bruta? Si examinamos sus capas de software descubrimos que IBM Watson está basado sobre la plataforma de inteligencia artificial DeepQA desarrollada por IBM y basada en lenguajes de programación como Java, C++ y Prolog.
Para sostenerla, utiliza la arquitectura Apache UIMA (Unstructured Information Management Architecture), SUSE Linux Enterprise Server 11 como sistema operativo y Apache Hadoop framework para las tareas de computación distribuida.
Con todos estos ingredientes, los chicos de IBM consiguen que Watson sea capaz de procesar 500 GB (el equivalente a un millón de libros) por segundo. De hecho, como fuentes de entrada de información, la plataforma se nutre de todo tipo de enciclopedias, diccionarios, papers científicos, taxonomías, ontologías…contando con proyectos como DBpedia (un proyecto para extraer información estructurada desde la Wikipedia), Wordnet o Yago.
La colaboración con el Memorial Sloan Kettering Cancer Center fue la primera de muchas de las que vinieron a continuación. La intención de desarrollar las capacidades comerciales de Watson se plasmó en 2014, con la puesta en marcha del «IBM Watson Group» una nueva división de negocio encabezada por Michael Rodin y a la que comenzarían a prestar servicio más de 2.000 personas.
Desde su puesta en marcha, IBM ha invertido más de 1.000 millones de dólares en la división, que ha centrado sus esfuerzos en el desarrollo de tres grandes ramas de crecimiento: Watson Discovery Advisor, Watson Engagement Advisor, y Watson Explorer.
La primera, Watson Discovery Advisor trabaja en proyectos de investigación relación con la industria farmacéutica y la biotecnológica. Watson Engagement Advisor es el área desde el que se desarrollan aplicaciones self-service (chatbots, asistentes virtuales, etc.) para a partir de la interpretación del lenguaje natural, dar respuesta a las necesidades de los usuarios de empresa. Por último, Watson Explorer ayuda a los usuarios a descubrir, estructurar y compartir información a partir de enormes volúmenes de datos.
¿Y en qué proyectos ha estado involucrado últimamente? Sin ir más lejos, en el último US Open de tenis, Watson fue la plataforma sobre la que se construyó el asistente inteligente «Ask the US Open», que gracias a sus capacidades conversacionales informaba a los aficionados que acudían al torneo sobre todo lo que tenían que saber para mejorar su experiencia: consejos «antes de ir», puntos de interés en el estadio, integración de mapas, resultados y puntuaciones en directo, alertas meteorológicas, etc.
En el campo financiero, el banco italiano Creval ha conseguido que IBM Watson reduzca hasta en un 80% las peticiones de información que recibe su call center y que necesitan ser respondidas por un ser humano y al colaborar Thomson Reuters está consiguiendo que las empresas cumplan sin problemas con todas las regulaciones que se han puesto en marcha para gestionar la información y la privacidad de todo tipo de clientes, como en la aplicación efectiva de la GDPR).
Y no solo. En el campo experimental, ha desarrollado por ejemplo, una «lengua electrónica» (IBM Hypertaste) que, inspirada en el funcionamiento del sentido del gusto humano, tiene como detectar y analizar distintos tipos de líquido rápidamente y sin necesidad de acudir a un laboratorio, o proyectos médicos tan interesantes como IBM Watson for Oncology, capaz de combinar la experiencia de los oncólogos en el cuidado del cáncer para ayudar a los médicos a considerar tratamientos individualizados para sus pacientes.
Como no podía ser de otra forma,la tecnología que IBM proporciona con Watson ha suscitado el interés de no pocas empresas españolas. Destacamos a continuación algunas de las más interesantes:
Cerealto Siro Foods, que lanza al mercado internacional más de 250 nuevos productos derivados del cereal cada año, ha incorporado la inteligencia artificial de IBM Watson en su proceso de innovación para detectar tendencias tempranas y como fuente de inspiración y ya ha lanzado su primer snack «basado en inteligencia artificial»: tortitas de arroz con guisantes y lentejas.
Endesa ha creado un asistente virtual utilizando la tecnología IBM Watson Assistant que permite a los clientes obtener respuestas a sus preguntas de forma inmediata, lo que facilita a los agentes del centro dedicar más tiempo a las peticiones más complejas y a vender productos o servicios de la eléctrica.
SEAT ha presentado “Mobility Advisor”, que utiliza la inteligencia artificial de IBM Watson para ayudar a que los urbanitas puedan tomar durante su día a día decisiones informadas sobre las diferentes opciones de transporte: desde coche, moto o bikesharing a transporte público, de modo que la opción elegida sea la más rápida y eficiente.
Helvetia Seguros ha decidido facilitar la compra de seguros de asistencia familiar con la ayuda de un asistente virtual. Los clientes conversan en lenguaje natural con el asistente virtual accesible en la página web de Helvetia, quien recoge los datos relevantes y ofrece una cotización a medida, reduciendo a minutos el tiempo, de días, de una posible contratación tradicional.
Por no hablar de la propia Agencia Tributaria, que desde julio de 2018 ayuda a las empresas a cumplir con sus obligaciones fiscales permitiéndoles apoyarse en la inteligencia artificial de IBM para cumplir con el Suministro Inmediato de Información (SII) del IVA, que actualmente requiere el envío electrónico del registro de sus facturas durante los 4 días siguientes a su emisión o contabilización.
Pero sobran los ejemplos. El Grupo Prisa colabora con IBM para ofrecer una mejor información meteorológica a sus usuarios, Carolina Herrera refuerza gracias a esta tecnología su estrategia de e-commerce y los institutos de enseñanza secundaria de la Comunidad de Madrid ya emplean Watson para ayudar a los alumnos a formarse en programación y desarrollo de aplicaciones de IA.