La diabetes y la salud bucal tienen mucho que ver entre ellas, tanto para bien como para mal.
Su relación es bidireccional, de modo que lo que afecte a una también afectará a la otra. Por ejemplo, una persona con diabetes va a tener más riesgo de tener una peor salud oral, en concreto un mayor riesgo de periodontitis; por otro lado, una persona con periodontitis tendrá un riesgo más elevado de tener una diabetes peor controlada. Igualmente, la mejora en el control de la diabetes ayuda a evitar empeoramientos de la salud periodontal, y, del mismo modo, tener una buena salud oral también repercute de manera positiva en el control de la diabetes.
El estudio di@bet.es ha confirmado la estrecha vinculación entre periodontitis y diabetes, evidenciando que las personas con prediabetes o diabetes tienen una mayor prevalencia de periodontitis avanzada. Además, mostró que las personas con una periodontitis avanzada tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
En individuos metabólicamente sanos, sin diabetes, su hemoglobina glicosilada es por término medio un 0,3% más alta si presentan periodontitis avanzada. Asimismo, hay también una fuerte evidencia que soporta que los pacientes con periodontitis, sobre todo si es avanzada, tienen un riesgo aumentado de desarrollar diabetes en años sucesivos, en relación con los que no presentan periodontitis o la tienen en fase más inicial. Importantes estudios realizados en Estados Unidos, Japón y Taiwán demuestran que un paciente con periodontitis moderada-avanzada va a tener más riesgo de desarrollar en un futuro una prediabetes o una diabetes tipo 2.
Además, si no se trata la periodontitis, esta persona tendrá un riesgo mayor de que la diabetes se descontrole y sufra un mayor número de complicaciones asociadas (retinopatías, enfermedades cardiovasculares, nefropatías,…); incluso, algunos estudios apuntan que es mayor el porcentaje de muerte por cualquier causa en pacientes con diabetes y periodontitis que en personas que tienen solo diabetes. Se ha evidenciado que pacientes con diabetes y que presentan periodontitis moderada-avanzada no tratada tienen 5 veces más riesgo de sufrir complicaciones de la diabetes, entre ellas nefropatías que conllevan a un fallo renal, con el consiguiente incremento de trasplantes renales y muerte.
Pero también se ha confirmado que la diabetes puede afectar a la salud de las encías. Una persona con diabetes tiene hasta tres veces más probabilidades de sufrir una periodontitis que otra sin diabetes.
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— Dickels Fri Jul 03 05:39:51 +0000 2020
Esto es así porque la hiperglucemia que presentan los pacientes con diabetes está relacionada con un aumento del riesgo y severidad de periodontitis. A peor control glucémico, mayor predisposición la periodontitis. El aumento de mediadores de la inflamación en el paciente con diabetes también puede influir en la mayor susceptibilidad a sufrir periodontitis.
El aumento de azúcar en sangre provoca en la encía una serie de cambios que facilitan el desarrollo de enfermedades periodontales: 1) se disminuye la actividad de inmunocompetentes; 2) se altera la vascularización de los tejidos; 3) se modifica la síntesis de colágeno. Estos cambios provocan una mayor susceptibilidad a la acción de las bacterias y aumentan el riesgo de infecciones; además, la alteración de la vascularización y de la síntesis de colágeno dificulta la capacidad de cicatrización de la encía. Todo ello provoca que la acción de las bacterias sea más agresiva en el paciente diabético no controlado, produciéndose una pérdida de hueso de soporte de los dientes.
Actualmente se considera que el mecanismo que propicia una mayor predisposición a sufrir diabetes en personas con enfermedad periodontal se asocia sobre todo con el gran proceso inflamatorio derivado de la enfermedad, más que el efecto de las bacterias en sí mismo. Y es que el nexo que une a la diabetes y la periodontitis es la inflamación: ambas son enfermedades inflamatorias crónicas y no transmisibles.
En el caso de la diabetes, el mal control de la glucemia provoca una elevación, no solo en sangre, sino también en los tejidos periodontales, de citoquinas proinflamatorias y productos finales de la glicación avanzada (proteínas AGE). Estos estimulan la producción de radicales libres de oxígeno por parte del sistema inmune, así como una mala respuesta inflamatoria, con la destrucción de los tejidos periodontales como consecuencia.
Pero la persona con diabetes, sobre todo si no la tiene controlada, no sólo tiene una mayor predisposición a sufrir una periodontitis y a que ésta evolucione más rápidamente, sino que también impulsa la aparición o agrava otros trastornos bucodentales.
La elevación de la glucosa no solo se produce en la sangre, sino también en la saliva; este incremento se relaciona con una mayor predisposición a tener caries. Además, las personas con diabetes mal controlada tienen mayor riesgo de sufrir también otras alteraciones en la cavidad oral, como candidiasis, muy relacionada con hemoglobinas glicosiladas altas, o boca seca (xerostomía).
Y es que un mal control de la diabetes supone, de alguna forma, un deterioro de la salud de la boca, hasta el punto de que puede haber una mayor predisposición, incluso, a perder los dientes; de hecho, recientes estudios apuntan que hasta un 15% de los pacientes con diabetes no bien controlada pierden todos los dientes de su boca.
Habitualmente, al paciente de diabetes se le instruye en una serie de hábitos de vida saludables (dieta equilibrada, ejercicio regular, consumo moderado de alcohol, no fumar...) para evitar las consecuencias que acompañan a un mal control de este trastorno metabólico. Sin embargo, los consejos de higiene bucodental no suelen ser incorporados como hábitos saludables indispensables en los diabéticos y resultan esenciales.
Sin duda, la prevención de la periodontitis es la mejor forma de controlar la influencia negativa que esta infección provoca en el diabético. Con todo, también se sabe que un buen tratamiento y control de la enfermedad periodontal en el diabético facilita el control de su glucemia, disminuyendo así el riesgo de complicaciones derivadas.
Aunque la higiene bucodental es siempre importante, si tienes un riesgo aumentado de sufrir diabetes o estás diagnosticado, resulta imprescindible adoptar unas medidas de prevención, control y seguimiento de la salud de tus dientes y encías. Tu dentista puede ayudarte, y la consulta dental puede resultar esencial para prevenir o evitar complicaciones asociadas.