La siesta es mucho más que el “deporte” nacional. Es una actividad muy saludable con grandes beneficios físicos y mentales. Varios estudios científicos lo demuestran. Así, según la National Sleep Foundation, una siesta ayuda a descansar las células del cerebro, los músculos y los órganos, reduciendo el estrés y mejorando el estado de ánimo, el estado de alerta, la creatividad y más.
Otro estudio publicado en Archives of Internal Medicine asegura que las personas que hacen la siesta reducen sus problemas cardíacos en un 37%, frente al 12% de los que no hacen ese descanso.
Sin embargo, la confirmación definitiva nos llega de la mismísima NASA. Y es que la agencia espacial de los Estados Unidos ha comprobado que la siesta resulta muy útil para sus astronautas.
Tal y como explican des de la NASA, a pesar de las recomendaciones que dan a sus astronautas para que duerman 8 horas al día, lo cierto es que la vida en una nave espacial es tan estresante que, con suerte, duermen unas cinco o seis horas. En este contexto, se ha demostrado que hacer una siesta puede ser útil para recargar pilas y evitar la irritabilidad, olvidos y fatiga que causa la falta de sueño.
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— Richard LeBlanc Thu Oct 25 10:51:18 +0000 2018
Sin embargo, en un estudio sobre los efectos de la siesta en los astronautas, la NASA se dio cuenta que dormir demasiado puede ser contraproducente. Y es que una larga siesta puede dejarte incluso más adormilado que antes, especialmente si el cuerpo entra en un sueño profundo.
Para delimitar la duración ideal de la siesta, la NASA realizó hace un tiempo un experimento entre controladores aéreos.Y la conclusión fue la siguiente: la siesta perfecta tiene que durar 26 minutos. Ni uno más ni uno menos.
Según el responsable de supervisar la efectividad de los controladores durante el experimento, Mark Rosekind, un sueño de 26 minutos mejoraría un 34% el desempeño laboral de estos trabajadores y reforzaría su estado de alerta en un 54&, en comparación con los pilotos que no tomaron siestas.
Este experimento se realizó en base en las conclusiones elaboradas por la NASA en 1995 para sus astronautas. Los resultados son extrapolable para cualquier puesto de trabajo, especialmente aquellos que requieren una total atención. Pero no solo eso, pues en el caso de los niños y ancianos también es esencial.
Generalmente la siesta se realiza después de comer, lo que también ayuda a la digestión ya que produce una relajación muscular que facilita que el aparato digestivo pueda realizar su trabajo.
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