La soledad puede hacer enfermar.
Las personas que se sienten permanentemente solas son más propensas que otras a sufrir depresión y trastornos del sueño. La soledad no solo afecta a la mente, sino que también es perjudicial para el cuerpo.
En concreto, aumenta el riesgo de infartos, ataques cardíacos, obesidad y dolor crónico o agudo, relata el medio especializado Psychology Today.
Nadie quiere padecer este tipo de dolencias y, sin embargo, son muchos los que se exponen a ello aceptando un estado de soledad no deseada. Porque la soledad no equivale necesariamente a estar solo.
Casi todo el mundo disfruta de un poco de tiempo a solas, pero esto solo es agradable si estos ratos se disfrutan sabiendo que, detrás, existe un entorno social estable con amistades y conexiones familiares en las que confiar.
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Para quienes carecen de esta red, ese "tiempo para mí" deja de ser una experiencia positiva. Por el contrario, crea sentimientos de soledad no deseada.
Hay muchas razones por las que alguien puede empezar a sentirse solo.
Algunas causas son más obvias que otras. Entre las más frecuentes se encuentran paradójicamente las redes sociales, que en cierto modo han eliminado la necesidad de la interacción cara a para en muchos casos. La pandemia del COVID-19 también ha contribuido a ello.
A otras personas les resulta difícil conectar con la gente simplemente porque no tienen tiempo, temen el rechazo o son introvertidos por naturaleza.
Investigadores de la Universidad de Harvard, la Universidad de Stanford, la Universidad de Curtin y la Universidad de Western Australia han analizado ahora otros factores que, según creen, podría fomentar la soledad, según Psychology Today.
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En concreto, los científicos querían comprender la influencia que tiene en la soledad la forma en que manejamos nuestros sentimientos.
La investigación se puede resumir en que, en efecto, aprender a manejar situaciones que tienen que ver con la soledad supone una inmensa diferencia para quienes se encuentran en esta situación.
En su estudio, los expertos utilizaron un exhaustivo cuestionario que entregaron a 501 adultos. En este, se les pedía que dijeran lo solos que se sentían y cómo afrontaban en general las emociones negativas.
Los investigadores descubrieron que ciertas estrategias erradas de afrontamiento aumentan significativamente el riesgo de soledad.
Se podría pensar que tener en cuenta esto significa que las personas que sufren de soledad tienen ya la respuesta a sus problemas en su mano. Pero no es tan sencillo, como señala la revista Brigitte.
Los mecanismos con los que intentamos controlar los sentimientos negativos suelen ser difíciles de cambiar. Provienen de nuestra educación y experiencias anteriores, explica la publicación.
Sin embargo, los investigadores ofrecen algunos consejos a las personas que sufren la soledad.
Aunque a menudo es difícil, es posible trabajar en la forma en que afrontamos las emociones negativas.
El primer paso para conseguirlo es la autorreflexión.
Si te sientes solo a menudo, presta atención a cómo te comportas cuando un problema te molesta.
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Por ejemplo, si has tenido una pelea con una persona importante o un proyecto en el trabajo ha salido mal, quizá te des cuenta de que reprimes tu ira o tu decepción o pasas horas rumiando en lugar de buscar activamente una solución.
Entonces, recuérdate que hay mecanismos más saludables para solucionar tu problema.
Uno de ellos, por ejemplo, puede ser simplemente salir a tomar una copa con un buen amigo y hablar de lo que te preocupa.