La edición internacional del New York Times llevó este martes a su portada una fotografía de turistas en camellos en el Parque Nacional de Timanfaya, en Lanzarote, para ilustrar un reportaje en el que se destacaban las menores restricciones para viajar a España que a otros países europeos pese a la expansión de contagios por la variante ómicron.
En el reportaje -publicado en la edición internacional digital desde el 19 de enero- se citan declaraciones de una pareja de visitantes de Estonia, Tatjana Baldynjuk y Timur Neverkevits, quienes señalaron que las restricciones frente al Covid “hicieron que fuera mucho más fácil ir a Lanzarote que a muchos otros lugares”.
“Fue un cien por cien más fácil venir aquí que a muchos otros países”, señalaron al periódico estadounidense, que destaca que, “al contrario que muchos otros vecinos, España no exige un test negativo para entrar en el país”.
El New York Times compara las medidas contra el Covid de Países Bajos, que desde hace más de un mes cerró restaurantes y canceló eventos, o las de Italia, que prohibió a personas no vacunadas acudir a restaurantes o viajar en transporte público, con las de España, cuyo “mensaje a los turistas permanece en gran parte siendo el mismo que antes de la ola de casos: por favor, vengan”.
“Como otros países, España está tratando de calcular cuánto dolor económico puede tolerar mientras trata de mantener su población a salvo. Pero aquí, los recuerdos de la ruina financiera reciente son especialmente crudos. La economía española se contrajo más de un 11 por ciento en 2020, la peor caída desde la Guerra Civil”, destaca el periódico.
La pandemia, agrega, llegó prácticamente una década después de la crisis que estalló en 2008 y que devastó una amplia franja de la economía en los siguientes años, lo que provocó un paro generalizado, personas sin hogar y gente teniendo que buscar comida en la basura.
Pese al claro contenido del reportaje publicado por el periódico norteamericano, el Cabildo emitió un comunicado titulado de la siguiente forma: “La belleza y seguridad turística de Lanzarote encabezan la portada del The New York Times”.
De hecho, el periódico afirma que en Lanzarote “el coronavirus se acepta” como algo “endémico” y la “circulación de visitantes extranjeros continúa como antes de la pandemia”. “Sus cielos”, describe, “están salpicados de aviones repletos de turistas que llegan en vuelos directos desde Manchester, Ámsterdam y Düsseldorf”.
Turismo “sin máscara”
Además, apunta, el clima cálido permite “disfrutar al aire libre, sin máscara”. En realidad, la mascarilla volvió a ser obligatoria en la calle desde el pasado 24 de diciembre. Solo están exentos quienes practiquen “deporte individual” o realicen actividades en “espacios naturales”, siempre que se pueda mantener la distancia de más de 1,5 metros con otras personas no convivientes.
El reportaje está ilustrado con una fotografía de “turistas observando el atardecer” en el Risco de Famara. En la imagen aparecen nueve personas y ninguna lleva puesta mascarilla.
“Este tiene que ser el camino a seguir, España tiene que aceptar que el virus no se va y que tenemos que seguir haciendo negocios”, dice en el reportaje Juan Antonio Torres Díaz, quien hace seis meses asumió la propiedad del Palacio Ico, con restaurante y alojamiento, en una apuesta por que haya una recuperación del turismo.
Una pareja enferma en la Isla
“La política de puertas abiertas de España no ha estado exenta de riesgos”, señala el New York Times, que pone de ejemplo el caso de Marian López, que llevó a cabo un viaje junto a su pareja a Lanzarote.
Antes de aterrizar el 7 de enero, la pareja celebró una cena con su familia por el Día de Reyes. Cuando llegaron a Lanzarote, estuvieron el primer fin de semana visitando las playas de la Isla, y luego se enteraron de que uno de sus familiares, que había acudido a la cena, tenía Covid.
En Lanzarote, la pareja empezó a tener síntomas, entre ellos dolores y fiebre. Los test que se hicieron dieron positivo y se tuvieron que aislar. Cuando la estancia en su hotel finalizó, tuvieron dificultades para encontrar un apartamento, mientras empeoraban de la enfermedad.
López, que tiene un blog llamado Travelanding, dice que ella y su pareja bromeaban antes del viaje con que podía no ser tan malo si se viesen obligados a trabajar desde la Isla si enfermaban. Ahora opinan de otra manera: “Cuando estás enfermo”, dijo, “es mejor estar en casa”.