Según los resultados de su investigación, publicados en la revista 'Nature Cancer', las células permanecen inmóviles segregando un tipo de colágeno, llamado colágeno de tipo III, en el entorno que las rodea, y sólo se vuelven malignas cuando el nivel de colágeno disminuye. Descubrieron que al enriquecer el entorno de las células con este colágeno, podían obligar a las células a permanecer en un estado latente y evitar la reaparición del tumor.
"Nuestros hallazgos tienen potenciales implicaciones clínicas y pueden conducir a un nuevo biomarcador para predecir las recidivas tumorales, así como a una intervención terapéutica para reducir las recaídas locales y a distancia", destaca el autor principal, José Javier Bravo-Cordero, Profesor Asociado de Hematología y Oncología Médica en el Instituto del Cáncer Tisch del Mount Sinai.
"Esta intervención destinada a impedir el despertar de las células latentes se ha sugerido como estrategia terapéutica para prevenir el crecimiento metastásico --continúa--. A medida que se descubre la biología de la latencia tumoral y se desarrollan nuevos fármacos específicos, una combinación de tratamientos que induzcan la latencia con terapias que se dirijan específicamente a las células latentes acabará por prevenir la recidiva local y la metástasis y allanará el camino hacia la remisión del cáncer".
La mayoría de las muertes por cáncer se deben a las metástasis, que pueden producirse varios años después de la extirpación de un tumor. Investigaciones anteriores han estudiado cómo las células tumorales dispersas salen de su estado de latencia y ahora este nuevo trabajo ha mostrado cómo las células permanecen latentes.
El estudio utilizó técnicas de imagen de alta resolución, incluida la microscopía intravital de dos fotones, una tecnología que permite visualizar las células latentes en su entorno en tiempo real en un animal vivo. Esta tecnología permitió a los investigadores rastrear las células tumorales latentes en modelos de ratón con líneas celulares de cáncer de mama y de cabeza y cuello.
Gracias a esta tecnología, los investigadores pudieron visualizar los cambios en la arquitectura de la matriz extracelular a medida que las células tumorales se volvían latentes y cómo cambiaba cuando estas células despertaban.
En las muestras de pacientes, los investigadores demostraron que la abundancia del colágeno podía utilizarse como medida potencial para predecir la recurrencia del tumor y la metástasis. En los modelos de ratón, cuando los científicos aumentaron la cantidad de colágeno de tipo III alrededor de las células cancerosas que habían salido de un tumor, la progresión del cáncer se interrumpió y las células diseminadas se vieron obligadas a entrar en un estado latente.
De forma similar al tratamiento de heridas, en el que los andamios de colágeno se han propuesto como alternativa terapéutica para las heridas cutáneas complejas, este estudio sugiere que mediante el uso de estrategias destinadas a enriquecer el microambiente tumoral en colágeno de tipo III, se puede prevenir la metástasis activando la latencia de las células tumorales.