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32 comentariosPedro Aznar@pedroaznarNota de Applesfera
Se van a cumplir casi nueve años desde el lanzamiento del primer iPad mini (2012), donde el apellido “mini” salía por primera vez de su habitual concentración del mundo Mac y iPod para vivir por fin en esa nueva generación de tabletas de la marca que tan solo dos años antes había inaugurado el iPad original.
Si hay una etiqueta que desde luego ha cambiado de contexto a lo largo de todos estos años es aquella de “mini”. No porque el dispositivo que lo lleve no sea una versión más pequeña en tamaño sobre el “original”, sino porque la tecnología habla y evoluciona en cada generación junto a los usuarios.
De hecho el iPod mini fue el más conservador de todos estos productos, posiblemente porque el recorrido no duró mucho más allá de la llegada del iPhone y la tecnología multi-touch junto al iPhone OS allá por 2007. Mucho más patente quedó en el Mac mini, un ordenador pensado para quienes pensaban en abordar el mundo Apple en 2005 pero preferían ser cautos para evaluar si la plataforma realmente ofrecía lo que necesitaban. Hoy en día, con consideramos al último Mac mini M1 casi un pequeño Mac con aspiraciones profesionales por su capacidad de escalado y potencia.
El iPad mini de 2012 era el sentido opuesta al que hoy estamos analizando: partía de la premisa de compra similar al del Mac mini de 2005, destinado para aquellos que no pudieran o quisieran comprar el modelo original. Era más una puerta de entrada, un menú degustación.
Pero este iPad mini hoy en día, sin ninguna duda, es la especialidad de la casa, el plato mimado del chef.
Hace tres años, cuando se presentó el diseño con bordes reducidos y cuadrados del iPad Pro (2018), comencé a fantasear con el iPad mini del futuro. Compartía la idea junto con Víctor Abarca de que un nuevo modelo con el diseño del Pro sería lo que muchos usuarios buscaban en el dispositivo. Ahora, que por fin lo tengo entre mis manos y he podido probarlo, puedo decir que el diseño cumple a la perfección en el mundo mini.
Hay una cosa imposible de contener cuando sacamos este iPad mini de la caja por primera vez, y es una exclamación de asombro. Os reto a que si compráis o abrís uno, no digáis una sola palabra. Pienso que es imposible: ver por primera vez un mini y sostenerlo con una mano sigue impresionando incluso en el mundo actual, donde estamos acostumbrados a la habitual miniaturización de la tecnología.
Lo que tenemos entre manos, nunca mejor dicho, es una pantalla con bordes más delgados que en la generación anterior y hechos a imagen y semejanza de su hermano mayor, el iPad Pro. No han sido reducidos de forma proporcional al tamaño del mini, pero en mano y en vista ni se ven más grandes ni molestan. De hecho, prácticamente desaparecen cuando nos centramos en el contenido.
El grosor es imperceptiblemente más delgado que el del iPad Pro (un 0,01 cm menos grueso), pero donde consigue ganar protagonismo como diseño compacto es en el peso: 297 gramos en el modelo con WiFi y Cellular (el que he analizado) y 6 gramos menos si sólo adquirimos el modelo con WiFi. En mano este nuevo iPad mini es imponente, ligero, se puede sostener perfectamente con una sola mano sin apenas esfuerzo o llevarlo dentro de bolsillos de batas o similares (por ejemplo, en laboratorios) sólo siendo algo más voluminoso que un teléfono como el iPhone 13 Pro Max, por ejemplo.
La textura es a la que ya nos tiene acostumbrados Apple, material de gran calidad con la rugosidad suave del aluminio trasero que acompaña al tamaño para poder utilizar en mano el iPad mini prácticamente en cualquier sitio. Más allá de la potencia que veremos después, el tamaño y el factor forma de la nueva tableta de Apple nos hace muy sencillo - y sobre todo cómodo - adaptarla a nuestra vida diaria como si lleváramos una tradicional libreta de papel. En estos días usando el iPad mini, lo he utilizado en usos donde un iPad más grande quizás hubiera sido incómodo - o no tan natural utilizarlo.
Creo que me ha gustado el iPad mini desde la primera generación por el hecho de llevar la experiencia iPad (ahora completa, sobre todo a nivel de potencia) a lugares donde en un modelo tradicional con más pulgadas - y peso - no nos hubiéramos planteado utilizarlo. Desde la tradicional lectura tumbado en el sofá sosteniendo el dispositivo con una sola mano, el uso como recetario mientras estamos cocinando o aprovechando ese pequeño hueco bajo el monitor como monitor secundario: Sidecar funciona perfecto por supuesto en este nuevo iPad que mejora la conectividad inalámbrica con WiFi 6.
Podemos utilizar este pequeño complemento como panel de herramientas de nuestro flujo de trabajo, previsualizador o simplemente para estar al tanto de las últimas noticias mientras hacemos nuestra compra on-line. Casualmente, mientras escribía este artículo ha sucedido la noticia de la erupción del volcán de La Palma, así que aproveché para informarme mientras continuaba con la revisión del texto. Estas son las formas más habituales de uso - estoy convencido que encontraréis muchas más - pero lo importante de este diseño mínimo es que no nos da pereza llevarlo a cualquier parte.
Lo probé en el coche, dónde podría servir perfectamente por ejemplo como GPS de gran pantalla. Quería probar si los típicos soportes de coche aguantarían el peso del tablet y era cómodo conducir con él. Para ello, compré un soporte que se anclaba en la entrada de CDs, y aunque al principio lo utilicé con algo de cautela, lo cierto es que funcionó muy bien. De hecho, el peso de este iPad mini es de solo 59 gramos más que un iPhone 13 Pro Max, por ejemplo, por lo que tampoco es descabellado usarlo así, si lo necesitamos.
Este nuevo iPad mini cuenta con el mismo botón TouchID que el iPad Air (2020), utilizando la segunda generación de Secure Enclave para acelerar la decodificación de la huella digital. Es tremendamente rápido (igual que en el iPad Air que lo integra), y además en el proceso de configuración se nos pide que configuremos la huella en dos posiciones distintas: con la pantalla dispuesta en vertical (y el botón en la parte superior derecha) y con la disposición horizontal (donde el botón queda en la parte superior izquierda, si lo giramos contra el sentido del reloj). Esto nos permite añadir dos dedos distintos cómodamente ya desde el comienzo, con la intención de que independientemente de cómo cojamos nuestro iPad mini, siempre podremos desbloquearlo de forma cómoda. Es especialmente útil en el mini ya que al ser tan pequeño, es muy habitual moverlo.
Lleva también el USB-C al mini, dejando atrás generaciones con el conector Lightning y por el que Apple ha apostado ya que este mini es un concentrado de accesorios perfecto. Si recordáis, en la keynote incluso vimos como un médico tenía conectado un ecógrafo para consultar cómodamente la visualización de la exploración en el iPad mini. Esta versatilidad también es útil en cámaras externas, dispositivos de almacenamiento, mandos de videojuegos y en general prácticamente cualquier producto del mercado que utilice la conexión USB-C, incluidos monitores.
En monitores, la conexión se limita únicamente a duplicación de la pantalla o ampliación del monitor en algunas apps determinadas, pero al no ser un puerto Thunderbolt 3 no podemos anclar varios dispositivos consecutivos (la diferencia del ancho de banda es de 40Gbps en el USB-C con Thunderbolt 3 y 5Gbps en el USB-C normal). Aún así, amplía aún más las capacidades del producto y es un buen reclamo para el trabajo que tengamos que hacer fuera de casa con él.
El sonido, una parte complicada en un dispositivo tan pequeño como éste, ha sido mejorado también. No escucho un cambio radical con respecto a la generación anterior del mini, pero sí se percibe un sonido más claro y con más presencia (y decididamente más potente que en un iPhone 13 Pro Max). La mejor forma de probar esto, además de la consabida lista de reproducción de Apple Music, es hacer una video conferencia con él. En mis pruebas, me sorprende la calidad de la llamada a nivel de sonido que permite seguir la conversación en todo momento, y combinado con la mejora de la cámara frontal convierte este pequeño iPad en el compañero perfecto para incluso tener llamadas de trabajo de forma cómoda allá donde estemos.
Center Stage llega al iPad mini y ayuda a la sensación de producto redondo para teletrabajar (o hablar quien queramos) mediante video conferencia. La nueva lente de 12 Max con Ultra gran angular captura un encuadre más amplio y centra utilizando el Neural Engine detectando la persona - o personas - que entren en la escena de forma inteligente. Sorprende en el iPad Pro, y en este iPad mini funciona a la perfección con buena calidad de imagen y definición.
La pantalla aumenta de las 7.9" de la generación anterior hasta los 8,3" de esta nuevo modelo que adelgaza y normaliza los bordes a lo largo de todo el contorno. Cuenta con True Tone, que equilibra el balance de blancos de la pantalla ajustándolo a las condiciones de luminosidad de la estancia donde estemos, espacio de color cinematográfico P3 y una capa antireflectante para que el visionado directo sea más precisa.
Esta nueva pantalla tiene 500 nits de luminosidad y es cómoda para leer en cualquier tipo de situación. En exteriores, podemos utilizar el iPad mini siempre que no reciba luz directa sobre ella, como en cualquier pantalla de iPad a las que ya estamos acostumbrados. Yo hice la prueba leyendo un par de revistas digitales en un exterior soleado y aunque no es la condición idónea para ello, se puede utilizar perfectamente y el contraste y calidad del panel ayuda mucho en la lectura.
Un punto importante de mejora es que este nuevo iPad mini incorpora la cámara trasera gran angular de 12Mpx que ya hemos visto en otros modelos, y por primera vez, también el flash de dos tonos para ayudarnos en situaciones con poca luminosidad. Esta nueva cámara permite grabar vídeo 4K directamente con el dispositivo, estabilizado con la cámara de gran angular. El iPad mini con chip A15 ofrece la versatilidad de un dispositivo compacto, con una buena cámara y una capacidad de edición portátil para poder retocar nuestros videos con iMovie o Lumafusion, en 4K, sin problemas.
Aquí me gustaría destacar una cosa, y es poner en valor el nuevo codificador de vídeo que añade mucha más agilidad a la hora de exportar vídeo por ejemplo en iMovie. Esto independiza los procesos de edición de vídeo más allá de la GPU y la CPU a la hora de codificar y descodificar vídeo. De este cambio que Apple ha añadido en esta generación además se podrían beneficiar aplicaciones como WhatsApp, por ejemplo, a la hora de comprimir un vídeo. Este indicativo nos anticipa que la potencia del chip A15 va mucha más allá de la GPU y la CPU, ya que se apalanca en estos aceleradores de descodificación.
El esperado chip A15 llega al iPad mini como una evolución natural del A14. Sigue estando fabricado en 5 nanómetros, con casi 15.000 millones de transistores. Cuenta con 6 núcleos de CPU y 5 núcleos para gráficos, así como con el tradicional motor de inteligencia artificial Neural Engine de 16 núcleos. En el día a día, el chip A15 va sobrado con las tareas cotidianas y se desenvuelve con soltura en edición de vídeos o fotografías, siendo particularmente rápido en estas dos últimas tareas (sobre todo si lo comparamos con la generación anterior, cuya potencia no era equiparable al procesador coetáneo).
A nivel de juegos, el iPad mini luce espectacular. Desde juegos con no demasiada carga gráfica como el Contra Returns o el último Castlevania: Grimoire of Souls de Apple Arcade, que se juegan fantástico incluso a este tamaño - y más si conectamos un mando de cualquier consola que tengáis por casa.
Si probamos algo más exigente, como el NBA2K21, la eficiencia gráfica luce espectacular en pantalla: los reflejos de la pista, movimientos de los jugadores, sonido ambiente con el nuevo sistema de altavoces... La pantalla también gana protagonismo por la calidad del contraste y hace atractivos echar una partida a juegos como éstos, en cualquier parte. Personalmente, me sorprende que Apple no explote aún más esta parte en Arcade con algún juego triple A propio que convierta un dispositivo como el mini en toda una Nintendo Switch (con matices). Desde luego, por potencia y calidad de pantalla, no será. Los resultados de Geekbench lo sitúan por encima del iPhone 12 de la generación anterior destacando sobre todo su rendimiento multinúcleo:
En lo que sí que he notado una mejora descomunal es en el rendimiento de la batería, sobrepasando (yo creo que por primera vez desde que analizo los iPad de la marca) las expectativas de la propia Apple - marcadas en unas 10 horas teóricas de navegación y uso habitual. Sin embargo, estos son los resultados de mis propias pruebas - que fueron algo más ambiciosas:
Como veis, más de 13 horas y 40 minutos trabajando con la pantalla encendida (con el brillo entre el 50% y el 60%), con una curva de desgaste de batería muy poco acusada y permitiendo utilizarlo prácticamente durante todo el día. Por supuesto, con notificaciones y todo activado (Bluetooth, WiFi)... incluso estaba probando una tarjeta 5G de forma simultánea. Esto era impensable en otras generaciones, sobre todo teniendo en cuenta la diversidad de aplicaciones que se distribuían la carga, por poneros en contexto os marco los utilizados en porcentaje respecto al uso total (los que están por debajo de 3% no están indicados para abreviar):
Lo hace además de una forma muy contenida en términos de calor: apenas llegando a los 34º después de estar más de 13 horas funcionando y pasar este Geekbench, con lo que no nos molestará si lo sostenemos en mano haciendo alguna de estas tareas:
Si hacemos un uso exhaustivo de la edición de vídeo, o lo empleamos la mayor parte del tiempo para juegos en 3D, el alcance de la batería puede variar, pero siguen siendo muy buenos números teniendo en cuenta que contamos con menos espacio para la batería física en el dispositivo. Esto me hace pensar que el incremento de la misma en los nuevos iPhone 13 ha sido impulsado también por el propio A15 y la optimización hardware y software marca de la casa, que en este iPad mini brilla más que nunca.
Para quienes gustéis del concepto del iPad mini, esta generación os encantará: ha sido reforzado en todos los puntos que necesitábamos para situarlo a la altura de la generación actual de dispositivos de Apple, y vuelve a convertirse en compañero inseparable de nuestro día a día. Sin embargo no es para todos: si necesitáis un lienzo más grande - para dibujar, ver mapas o planos en detalle o por cualquier otro motivo - mi consejo es que vayáis por un iPad Air.
En concepto, este iPad mini es un iPad Air de última generación puesto al día con el extra del tamaño mínimo, que lo hace cómodo y práctico para ciertos usos donde los iPad tradicionalmente quizás no se puedan utilizar de forma tan natural. Además los modelos parten de los 64Gb y llegan hasta los 256Gb (partiendo de los 549€ el modelo base), en cuatro tonos: gris espacial, rosa, púrpura (el modelo de este análisis) y blanco estrella (un blanco "lavado" bastante suave).
Si buscáis un iPad discreto, cómodo de transportar pero que no comprometa potencia, el iPad mini es la respuesta perfecta, y más ahora que es totalmente compatible con el Apple Pencil 2. Desde pantalla para pilotar drones (como nos propuso algún lector en el directo de Twitch en el seguimiento del Apple Event) o como visor de internet, vídeos o edición de fotos el iPad mini puede ser vuestro compañero perfecto de aventuras - en cualquier lugar.
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