Hoy, lunes 13 de septiembre, se celebra el Día del Programador que, como siempre, coincide con el día 256 del calendario, un guiño a los programadores y al código de 8 bits. Esta profesión está en claro auge, como demuestran las cifras de oferta laboral manejadas en el último año, especialmente tras la pandemia.
En España, la cifra de programadores sobrepasa los 300.000 y la oferta supera a una demanda, que –según datos del portal de empleo Infojobs– se ha duplicado en este último año. Ya antes del inicio del verano ascendía a más de 6.000 vacantes, con un promedio de salario bruto superior a los 32.000 euros (variable según la experiencia), frente a la media española, que ronda los 25.000 euros.
El motivo principal de esta proliferación de ofertas es que la programación está detrás de gran parte de las actividades de nuestro día a día (app de nuestro móvil, web, dispositivos electrónicos, compras online, videojuegos y una lista interminable).
Cada vez son más las iniciativas que promueven la formación en el sector desde edades tempranas. Por ejemplo, la apuesta de Fundación Telefónica por la programación es 42, unos campus de programación sin clases ni libros, sin límite de edad y gratuitos. Se basan en el aprendizaje entre pares y la gamificación. Y allí cada estudiante marca libremente su ritmo, primando el trabajo colaborativo, el esfuerzo y la constancia.
A partir de la experiencia de sus alumnos, 42 recopila los siguientes consejos para convertirse en un buen programador:
Aprender uno o varios lenguajes de programación es esencial. En este sentido, Python es uno de los lenguajes de programación más habituales, que funciona muy bien con la inteligencia artificial por su dinamismo y flexibilidad. Además, es uno de los lenguajes más sencillos de aprender, ya que su curva de aprendizaje es muy corta. Java es uno de los más longevos, sencillos y versátiles del mundo, principalmente por ser un lenguaje orientado a objetos, independientemente de su plataforma, y por la enorme cantidad de librerías disponibles.
Uno de los lenguajes más antiguos en este campo es Lisp, que trabaja con listas para mostrar la información. Y también es muy habitual Prolog, que aúna programación y lógica, y apto para crear sistemas de conocimiento. Y entre los más punteros se encuentra Elixir, el lenguaje de programación detrás de WhatsApp, por ejemplo, con un código que se ejecuta en procesos separados y eleva la productividad de los equipos.
Al igual que cualquier otra profesión, los programadores pueden elegir especializarse en lenguajes de programación y sectores concretos. Desarrolladores de páginas web, programadores de software, científicos de datos o desarrolladores de aplicaciones móviles son de las especializaciones más populares. Pero -según un estudio de atSistemas– actualmente, se pueden destacar tres perfiles de programación como los que cuentan con una mejor perspectiva laboral:
Al hilo de este último perfil, Leandro Pascual, CTO de Doofinder, afirma que “la IA hace mucho que dejó de ser una ventaja competitiva para convertirse en un requisito y factor fundamental de nuestro día a día. Al igual que tantas otras innovaciones (teléfonos móviles, conectividad en casa y en la calle…), ya no se trata de un plus, es una necesidad imperativa”.
Se suele asociar la programación a un trabajo solitario, pero la realidad es que se trata de un trabajo en equipo. Además, es imprescindible que los programadores cuenten con lógica y planificación para poder trabajar de forma organizada dividiendo los proyectos en pequeñas partes. La creatividad es fundamental para que el programador pueda pensar más allá del código incorporando aspectos únicos y personales a su trabajo. Los programadores deben tener capacidad de análisis para entender bien el concepto que hay que resolver, qué dirección tomar y qué inconvenientes va a encontrar para realizar la tarea en cuestión, además de tener preparado tanto un plan alternativo.