Idealmente, las relaciones funcionan mejor cuando las necesidades de todos los socios se satisfacen de manera equilibrada. Sin embargo, si la balanza se inclina demasiado en una dirección, es posible que se trate de una relación codependiente.
Por ello, expertos en psicología clínica explican cuáles son las señales para identificar una relación de codependencia y qué hacer al respecto.
Aunque las relaciones codependientes pueden ser difíciles identificar cuándo están sucediendo; la psicóloga Coda Derrig de la Clínica Cleveland señala que existen algunas señales a las que hay que prestar atención para saber si se está en una relación codependiente.
En una relación codependiente, un miembro de la pareja a menudo asume el papel de “cuidador”, por lo que asumirá como su responsabilidad solucionar los problemas del otro y guiarlo.
Por ejemplo, si el otro, se enoja rápidamente, tiene alguna adicción o vive alguna dificultad, el “cuidador” buscará ayudarlo, solucionarle los problemas o satisfacerle las necesidades, debido al tiene un sentido excesivo de responsabilidad por el comportamiento y las emociones de la otra persona.
“El compañero puede aprovecharse del exceso de responsabilidad que el otro siente y puede incluso sugerir que “es por su culpa que él actúe de tal o cual manera”, dice la experta.
“Si una persona es hogareña, pero a su pareja le gusta la vida de fiestas y clubes, y ésta se queda en casa y espera que eventualmente lo convencerá de que haga lo mismo que ella, o si accede a salir cuando no quiere, y lo hace con la esperanza de que con eso lo convencerá de dejar una vida de fiesta, es posible que se estén practicando comportamientos codependientes”, dice la psicoanalista.
Y es que según Derrig, “nadie puede cambiar a una persona, si ésta no está dispuesta a hacer ese cambio pro ella misma”.
Si a una persona le resulta difícil estar motivado para hacer las cosas que normalmente le encantaría hacer cuando su pareja no está presente, es una señal de que puede ser codependiente, asegura la especialista.
How to Install Arch Linux ARM on a Raspberry Pi 4 or Raspberry Pi 3b+ https://t.co/B6IFlOsnS0 #Linux #RaspberryPi… https://t.co/bVESs1xYgH
— Sick.Codes Mon Jun 22 20:21:10 +0000 2020
No poder definir si la relación que se tiene es positiva o negativa o se presentan sentimientos encontrados por la relación es sinónimo de que no se está dedicado suficiente tiempo para procesar los propios sentimientos y emociones y por el contrario se está concentrado en la otra persona.
Al hacer esto, se podrían estar evitando los propios problemas o sentimientos y estarlos reemplazando con la emoción que proviene simplemente de satisfacer a la pareja, esto se debe según Coda Derrig, a que la persona no está enfocada en sí misma y no está completamente consciente de su autoestima.
Revisar el teléfono cada dos minutos para ver si la pareja se ha comunicado, sentir pánico y pensar en escenarios catastróficos durante el tiempo que no están juntos o comunicarse con el otro constantemente es muestra de que se es dependiente de la pareja, ya que su satisfacción y felicidad sólo la obtiene del otro.
No poder estar solo se debe a que a veces, “no se siente bien sentarse con sus propios pensamientos porque es más fácil concentrar su atención en otra persona”, ya que de esa forma se evita pensar en las cosas que “molestan” o las cosas que se necesitan hacer o deben hacer para mejorar la situación personal actual.
Cancelar planes con seres queridos y amigos por temor a perder la conexión con la pareja o priorizar a la pareja sobre otras relaciones o actividades es señal de una relación codependiente, porque, según la psicóloga, “cuando nos involucramos cada vez más en una relación, ya no nos conectamos con otros fuera de la relación”.
Si los espacios propios están adecuados sólo al gusto y necesidades de la pareja y no al gusto de ambos, provocando tristeza por estar ahí y no sentirse a gusto es señal de codependencia.
No decir lo que se siente o lo que se necesita por temor a la reacción del otro o lo que pueda provocar, sentir o asumir que se es demasiado exigente incluso ante peticiones mínimas, sentirse culpable por abordar problemas específicos o no estar seguro de si se tiene razón o no por sentirte de tal manera, son señales de que la pareja mantiene el control de los pensamientos propios.
Si al poner límites saludables para mejorar la convivencia en la relación, uno de los miembros intensifica o empeora su comportamiento es una señal segura de que las necesidades del otro tienen prioridad sobre las personales.
Esto puede conducir a sentimientos severos de resentimiento o arrepentimiento, creando un patrón perpetuo e interminable de angustia para ambas personas.
Si se vive una relación codependiente que resulte peligrosa o abusiva, lo mejor, según la experta es buscar ayuda inmediata y encontrar la manera de terminar la relación.
En caso de buscar salvar la relación, Derrig asegura que esto requerirá del esfuerzo de todas las partes involucradas para que suceda.
Algunas recomendaciones para mejorar una relación codependiente son:
Una relación codependiente es aquella en la que existe un grave desequilibrio de poder entre los miembros.
A menudo, en una relación codependiente, uno de los dos involucrados puede dedicar mucho más tiempo, energía y atención a la otra persona, mientras que ésta consciente o inconscientemente, se aprovecha de la situación para maximizar sus necesidades y deseos.
Si bien, los expertos señalan que por lo general los comportamientos codependientes son más comunes en las relaciones donde existe un trastorno por uso de sustancias; lo cierto es que una relación de este tipo se puede tener con cualquier persona, incluidos su jefe, amigos, colegas o familiares.
En este tipo de relaciones las dinámicas de poder llevan a uno de los miembros a anteponer las necesidades y los deseos de la otra persona, perdiendo de vista los propios valores, responsabilidades y necesidades y, en última instancia, perder de vista quién es uno mismo.
“Sientes que realmente estás aportando algo positivo, sobre todo al principio, pero luego puedes volverte cada vez más resentido e infeliz o incluso perder el control porque por mucho que te esfuerces, nunca lograrás salvar a la otra persona”, dice el experto, quien asegura que “de hecho, a menudo lo empeora cada vez más”.