La harina de garbanzos se prepara simplemente moliendo garbanzos secos. Se puede encontrar en las tiendas convencionales, aunque es más habitual en las tiendas de alimentos ecológicos y con una batidora potente se puede hacer en casa. Tiene muchas propiedades y usos en la cocina.
Aquí encontrarás cuatro recetas fáciles con harina de garbanzos diferentes, para aprovechar todas sus propiedades. Son recetas en las que la harina de garbanzos se emplea propiamente como harina:
Las tres primeras son recetas sin gluten, o con una versión sin gluten. Pero veamos antes cuáles son sus propiedades y algunos consejos de cómo utilizarla en la cocina para sacarle el máximo partido y que nos quede con buen sabor.
La harina de garbanzo es una harina muy versátil y nutritiva. Está hecha solo con la legumbre, así que tiene todos los beneficios del garbanzo. En general, el consumo de las legumbres es una pauta básica de la dieta mediterránea que alarga la esperanza de vida.
La harina de garbanzo es especialmente rica en proteínas, fibra, minerales como calcio, zinc, hierro, magnesio o manganeso, vitaminas del grupo B, sobre todo ácido fólico, y antioxidantes.
Gracias a esta riqueza nutricional es una harina que puede ser beneficiosa para deportistas, embarazas, niños en crecimiento, regímenes de control de peso, para controlar el azúcar en la sangre... También se considera recomendable para la salud del corazón, de los sistemas inmunitario y nervioso, y la salud ósea y de los dientes.
No hay que olvidar que los garbanzos también tienen propiedades antiinflamatorias, sobre todo en el tracto digestivo. Además, como las legumbres contienen bacterias resistentes, consumir legumbres ayuda a cuidar la microbiota.
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El sabor de la harina de garbanzos es, una vez cocida, muy especial: resulta ligeramente dulce y recuerda un poco a tierra. Cuidado, en crudo tiene un sabor amargo, así que no te recomiendo probar las masas en crudo cuando prepares tus panes, pizzas o masas de postres con harina de garbanzos.
De hecho, esta harina amarilla se puede emplear en todo tipo de masas, tanto en masas saladas para hacer recetas tipo panes rápidos con levadura química, pizza, quiche, crackers o pasta, como en masas dulces. Hay bizcochos con harinas de garbanzo, magdalenas, panes de plátano, tortitas, galletas...
Si el sabor resulta demasiado fuerte tal cual, podemos añadir a las preparaciones otros ingredientes para disimular su sabor.
Otra opción, si no se está preparando una receta sin gluten, es sustituir solamente mitad de la harina común en las recetas.
La harina de garbanzo es una harina naturalmente libre de gluten, así que muy conveniente para las personas que no pueden o no quieren consumir la harina de trigo común. Los productos preparados con esta harina quedan un poco más densos, pero muy ricos.
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Vayamos ahora con nuestras recetas.
Preparación: 10 minutos - Cocción: 55 minutos
Un pan casero muy fácil de hacer, sin fermentar y sin levadura. Su textura esponjosa se consigue gracias al agua con gas.
El sabor del garbanzo es muy intenso. Este pan de harina de garbanzo queda delicioso en tostadas con tomate natural y aguacate.
Ingredientes (1 molde):
Preparación:
Preparación: 10 minutos - Reposo: 10 minutos - Cocción: 25 minutos
Esta masa de pizza con harina de garbanzos es facilísima de elaborar y riquísima para comer.
Ingredientes (una pizza grande para 4 personas):
Preparación:
Preparación: 15 minutos - Cocción: 20 minutos
Unas magdalenas simples y nutritivas, ricas en proteína, fibra y minerales gracias a la harina de garbanzo. Es una receta universal que podemos ir cambiando con diferentes especias como canela, jengibre, vainilla, frutos secos, trocitos de fruta o chocolate.
Ingredientes (12 madalenas):
Preparación:
Preparación: 10 minutos - Reposo: 2 horas - Cocción: 80 minutos
Un pan denso tipo alemán que es fácil de hacer y queda delicioso tostado con un poco de aceite de oliva. Es un pan rico en proteína gracias a la harina de garbanzo y las semillas. Después de desayunar este pan, estaremos concentrados y no tendremos hambre hasta la hora de comer.
En lugar de las semillas podemos usar otro tipo de frutos secos como sésamo, almendras, nueces, avellanas. Solamente tenemos que usar la misma proporción de alimentos secos y el líquidos.
Ingredientes (1 molde):
Preparación: