Pasar la covid e inmunidad: ¿Me puedo volver a contagiar? Skip to contentNewtralTras pasar la covid, ¿me puedo volver a contagiar? ¿Cuánto dura la inmunidad?Siguiente
Haber pasado la covid en la última ola no garantiza una inmunidad duradera frente a futuras infecciones. Depende de la variante… y quizás no la conozcas.
Por Mario ViciosaTe lo explicamos |9min lectura Por Mario ViciosaTe lo explicamos |9min lecturaLa variante ómicron ha multiplicado por seis las reinfecciones con el coronavirus. Más de 100.000 personas en España han pasado la covid y se han vuelto a contagiar, una vez ha irrumpido la última versión del SARS-CoV-2, que se impuso hacia la última semana de 2021. Las personas expertas señalan que en la penúltima semana de enero de 2022, cerca de un 10% de los nuevos casos son de pacientes recontagiados, que han perdido su inmunidad.
Resumen en 6 clavesLas reinfecciones son el motor de ómicron y de las incidencias disparadas en casi todos los territorios donde ha entrado. Un análisis publicado en Nature constata que esta variante lo ha puesto todo patas arriba no por multiplicarse más rápido en vías respiratorias superiores. Sino por haber multiplicado el número de personas susceptibles. La inmunidad generada por otras variantes o por la vacuna, frente al contagio, desaparece antes.
Sin embargo, para que se dé una reinfección hay dos elementos clave, según los estudios publicados hasta la fecha y la visión de la inmunólogas consultadas: el tiempo desde que se produjo la primera infección y la variante que estuvo implicada. De manera paralela, parece relevante para evitar la reinfección el tiempo transcurrido desde la última dosis de vacuna puesta.
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— Artian Mon Apr 30 15:43:21 +0000 2012
Primero que todo, sólo se puede conocer con la variante implicada en un contagio mediante partiendo de una PCR. Los síntomas son muy variables entre personas y la evidencia aún no es concluyente como para asegurarnos de que sean característicos de ómicron o delta. Así que, sin una PCR (de determinado tipo) o la secuenciación genética hecha en el laboratorio (no todas las muestras se secuencian), no es posible conocer la variante.
Aunque pudiéramos pensar que la sexta ola en España (cuarta en México, tercera en Argentina, quinta en EE.UU.) es la ‘ola ómicron’, la realidad es que está llena de casos con variante delta. Según los datos de secuenciación de las comunidades autónomas, hacia la mitad de diciembre, en pleno inicio de la explosión, la mitad de las muestras eran de delta. Durante la última semana del año, la variante delta aún estaba presente en el 18% de las muestras, según datos recopilados por GISAID.
Es decir, si te contagiaste en Navidades, es perfectamente posible que fuera con delta. Y eso es relevante para conocer tu grado de inmunidad y tus probabilidades de reinfección.
▸ Distinguir variantesLa clave del gen que no brilla en las PCR, ¿Cómo puedo saber si tengo ómicron o delta?Para la inmunóloga del IFL-CSIC Matilde Cañelles, la inmunidad natural generada con delta es sólo óptima para exponerse a delta otra vez. Pero la cuestión es que delta está condenada a extinguirse. Ahora mismo, quien se contagió con delta u otra variante, se está exponiendo a ómicron.
En este caso, el tiempo y el estatus vacunal parece relevante. Alguien con sus dos dosis que se contagió el verano pasado es perfectamente susceptible. Alguien que se contagió en Navidad, menos. No hay registros de personas recontagiadas antes de tres meses (aunque puede que existan). Sí existen de reactivaciones –gente que negativiza pero que, al reexponerse, vuelve a dar positivo semanas después, porque no ha terminado de eliminar la totalidad del virus–.
Sin embargo, lo normal es que tenga que pasar bastante tiempo para reinfectarse. La inmunóloga vincula esa ‘resistencia’ al contagio, a la cantidad de anticuerpos generada tras la infección, que “es muy variable entre personas [sanas]”.
Los anticuerpos neutralizantes (IgM e IgG) son una primera línea de defensa frente al virus. Impiden la infección bloqueando a las puntas del coronavirus. Se producen tras la vacuna o tras una infección superada. Pero son específicos de cada variante. Digamos que tienen una forma que ‘encaja’ mejor en la forma de la ‘llave’ (proteína spike o S) de la punta del virus. Los de delta funcionan mejor ante delta.
“Imagínate que has pasado la variante delta. Y has producido muchísimos anticuerpos contra delta. Estos anticuerpos te van a proteger de ómicron. Pero cuando vayan descendiendo en la sangre, te van a dejar de proteger frente a ómicron antes de lo que dejarían de proteger frente a delta. Simplemente porque se unen peor a la proteína (S)”.
¿Cuánto tiempo tendré anticuerpos suficientes de delta como para que ‘me sirvan’ frente a ómicron? Quizás unos tres meses. Pero una vez más, depende de cada persona. Pero como mera referencia, sabemos que el descenso se produce normalmente a partir del tercer mes, tras recuperarse de la infección. “Se ha confirmado cuando se ve que los anticuerpos descienden bastante después de tres o cuatro meses. Lo cual no significa que tu inmunidad desaparezca”. Quedan las células T (linfocitos que alertan y matan células infectadas) y B (fabricantes de nuevos anticuerpos), con buena memoria.
Aunque es posible que tampoco impidan la infección, si harán que la siguiente sea leve o asintomática.
A priori, muy buena, si además teníamos nuestras dosis de vacuna al día antes de la infección. “Creemos que sólo personas con problemas para armar una respuesta inmune buena, algunos octogenarios, etc. podrían infectarse dos veces con la misma variante“, señala. Al menos, en la misma temporada.
Es una incógnita si el SARS-CoV-2 se terminará comportando como un coronavirus estacional. Hay indicios de que así es, aunque por ahora va por olas, guiadas por variantes nuevas. “Se trata de un coronavirus y sabíamos que la inmunidad no es muy duradera, sobre todo mirando si una persona se podía contagiar dos veces en un año con el mismo coronavirus de catarro. Se ha confirmado cuando se ve que los anticuerpos descienden bastante después de tres o cuatro meses. Lo cual no significa que tu inmunidad desaparezca”.
Una vez más, es determinante el papel de las células T, más allá de los anticuerpos. Así que seguramente la protección sea duradera para la mayoría de personas que hayan pasado ómicron en la sexta ola si, además, recibieron su vacuna completa.
Con variantes anteriores, estudios como el llevado a cabo por expertos de las facultades de Medicina de La Jolla y Mount Sinai (EE.UU.) apuntaron a un periodo de tiempo concreto de alrededor de ocho o nueve meses de protección como mínimo. Y datos sobre reinfecciones tras la primera ola apuntan a que apenas un 1%–por lo alto– de la población se reinfectó con síntomas.
No obstante, la mayor amenaza para la inmunidad generada con ómicron será la aparición de una nueva variante capaz de escaparse de las defensas armadas por la infección previa. Quizás una futura variante ‘pi’. Según el catedrático de la Universidad de East Anglia Paul Hunter, “la infección con cualquier otra variante va a reforzar tu inmunidad. Esa será más efectiva contra la misma variante, pero seguirá siendo buena contra las demás. Contra los síntomas graves hay mayor inmunidad cruzada que la que estamos viendo en casos leves”. Es decir, haber superado la covid tiende a garantizar que ya no irás al hospital en futuras infecciones.
La estrategia de vacunación de Sanidad en España dictaba hasta este 25 de enero que las personas que se hayan contagiado de covid (no especifica la variante) debían esperar al menos un mes antes de ponerse una nueva (o primera) dosis de su vacuna, tras la infección. La Comisión de Salud Pública elevó ese periodo recomendado a cinco meses, aunque voluntariamente la citación seguirá abierta para cualquiera que desee ponerse su dosis de refuerzo pasado un mes del diagnóstico y la recuperación. ¿Es lo ideal para todo el mundo? ¿Equivale la infección reciente a una tercera dosis? Aquí empieza el debate.
Desde laEspañola de Inmunología, Marcos López Hoyos cree que ponérsela tras la infección no tiene sentido desde un punto de vista inmunológico. “La tercera dosis sí podría ser beneficiosa, especialmente si han pasado seis meses desde la última dosis o episodio infeccioso en población general adulta”, explican desde esta sociedad científica, conforme a sus recomendaciones de diciembre de 2021.
Sin embargo, el estatus inmunológico del que España sale de esta sexta ola es muy variado. Hay quien ha pasado ómicron y hay quien ha pasado delta recientemente; la mayoría, con sus dos dosis puestas ‘a tiempo’ en 2021. Eso complica los cálculos, según Cañelles, que reconoce la dificultad de diseñar una estrategia de salud pública para todo el mundo, no a la carta de cada individuo.
Seguramente, el beneficio de esa tercera dosis para evitar la reinfección sea más claro entre quienes pasaron delta en la sexta ola. Mucho menor entre quien padeció ómicron. Siempre, hablando de población general sana, no grupos de especial riesgo. Hablamos siempre de prevenir nuevas infecciones (no la covid grave). Prevenir infecciones para prevenir contagios al terceros.
Para López Hoyos, “hay datos que apuntan a que la capacidad de neutralización de los anticuerpos frente a ómicron se recupera aproximadamente al 60% tras una tercera dosis”. Pero, una vez más, es algo temporal y variable entre personas.
El profesor Adolfo García-Sastre, responsable del Instituto de Salud Global del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, comentaba en diciembre que ponerse la tercera dosis apenas cuatro semanas después de la infección es quizás algo prematuro. Él sí es de los que ven que pasar recientemente la covid equivale a una inoculación de vacuna. Una vacuna que sí considera muy útil para quien pasó la covid hace mucho tiempo o no la ha padecido. Él espera que en unos meses se empiece a administrar una vacuna específica frente a ómicron o a todas las variantes. ¿Es preferible esperar a que salga al mercado?
Entre los inmunólogos, el beneficio de la dosis de refuerzo parece claramente escaso para quien ha superado ómicron pero, ¿un mes es un tiempo adecuado para esos ‘delta’ navideños? ¿Podrían esperar más? “Es una decisión muy complicada, tanto desde la administración como a nivel individual”. Cañelles cree que como mínimo “es mejor esperar dos meses. Pero si hay una transmisión muy alta lo mismo te interesa ponerte el refuerzo ya para que estés generando cuanto antes tus anticuerpos. Depende de tu grado de exposición, por ejemplo”.
África González, catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigoprecisa que “infecciones repetidas o vacunaciones muy próximas en el tiempo pueden conseguir un agotamiento de células inmunitarias. Lo importante es dejar tiempo de descanso entre unas y otras vacunaciones”. Eso no implica que no se nos vaya a pautar una vacuna anualmente, como con la de gripe; esto es algo plausible. Tampoco es cierto que una cuarta dosis para perfiles de riesgo ‘aturda’ al sistema inmunitario.
Cañelles concluye: “Lo que es claro es que la tercera dosis ha sido muy importante para prevenir hospitalizaciones entre mayores de 60 años. Seguramente se mantenga la pauta de dosis periódicas (como con gripe) para esos mayores de 60 años”.
La Comisión de Salud Pública también ha emitido unas directrices para la vacunación de niños y niñas. Si han pasado ahora la enfermedad sin vacunar, se les administrará una sola dosis de la vacuna a partir de las ocho semanas tras el diagnóstico de la infección. El mismo tiempo si se han contagiado estando vacunados.
El mayor reto para tomar una decisión informada es uno muy claro: seguramente no sepamos con qué variante nos contagiamos la pasada Navidad. Y esto podría ser relevante. Aunque en cualquiera de los casos, una infección previa o la vacuna suele garantizar que no iremos al hospital la próxima vez. Incluso aunque descartáramos la hipótesis de que ómicron es más leve.
Como ya explicamos en este otro CoronaFAQ, ómicron tiene bastante escape inmunológico. Es decir, es muy distinta a otras variantes para las que estamos mejor entrenados por infecciones previas o las vacunas. Dicho de otro modo, “no es que los anticuerpos no funcionen contra la variante nueva. Sí funcionan, pero peor”. Por así decirlo, hacen falta más para poder atinar en la neutralización del virus. Para ‘encajar’ en el nuevo ‘dibujo de la llave’ con que el virus se abre paso en las células.