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Compartir Salsa de chocolate: tres maneras de hacer este básico de la repostería y 25 recetas en que utilizarla
Una de las elaboraciones básicas de la repostería internacional es la salsa de chocolate. Aunque hay quienes la comerían a cucharadas, la razón de esta clásica elaboración es la de acompañar postres y, con ello, enriquecerlos. Encontrar un postre al que le siente bien esta salsa es sencillo, más abajo os dejamos 25 recetas en que utilizarla.
Existen varias maneras de hacer salsa de chocolate, todas ellas fáciles, rápidas y deliciosas. Además de la fórmula clásica (la aprendida en la Escuela de Hostelería), que se elabora con una base de nata líquida, os traemos una versión sin azúcar ni grasas y otra sin nata. ¡Que nadie se quede sin su salsa!.
La salsa de chocolate básica se puede aromatizar con hierbas, especias y/o licores como canela, hierbabuena, curry, pimienta, cardamomo, naranja, brandy, anís, jengibre y mucho más. Solo hay que hervir agua con el elemento elegido y dejar infusionar mientras se enfría. Después se cuela y listo.
Empezamos picando el chocolate en trozos. Hemos utilizado chocolate negro con un 64% de cacao, pero podéis usar otra proporción que os guste. Solo hay que tener en cuenta que la intensidad de su sabor se suaviza al incorporar el resto de ingredientes.
En un cacito introducimos el agua, la nata líquida y el azúcar. Lo llevamos al fuego y calentamos hasta que arranque a hervir. Retiramos del fuego y agregamos el chocolate picado.
Dejamos que el chocolate se funda por efecto del calor. Cuatro o cinco minutos serán suficientes (aunque esto dependerá del tamaño de los trozos). Transcurrido este tiempo removemos con unas varillas hasta obtener una mezcla homogénea y brillante.
Una vez lista nuestra salsa de chocolate solo queda dejarla enfriar para que tome cuerpo y espese. Cuando se haya atemperado la pasamos a la nevera, dentro de un recipiente hermético para que no absorba olores ni sabores. Consumir en un máximo de siete días.
¡Gracias! 8 votosSólo se necesitan tres ingredientes y es tan sencilla que llamarla receta da un poco de vergüenza. Adaptar la cantidad necesaria, para una persona o varias, está chupado. Esperamos que os guste esta versión para disfrutar sin remordimientos.
Para quienes no toleran la lactosa también existe una salsa de chocolate. El agua es la base de la misma, así que casi podríamos decir que es un almíbar o un sirope. En cualquier caso, es ideal para acompañar todo tipo de postres o, incluso, cócteles.
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Seguir a Directo al Paladar en FlipboardSe nos ocurren mil maneras de utilizar la salsa de chocolate en nuestros postres (además de comerla o beberla tal cual, que la tentación es fuerte). En general casa genial con elaboraciones que llevan fruta y masas, pero la cosa puede ir más allá. Aquí os traemos unas cuantas propuestas a las que, no nos cabe la menor duda, vosotros tendréis muchas que sumar.
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