La modelo Katja Thomsen se reinventa a los 40: "Mi edad mental es otra"

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—¿Cómo surgió en vos la inquietud por la pintura?—Cuando era adolescente, de mirar a mi madre pintar al óleo. El día que volví de las islas Maldivas tras haber representado a Uruguay en Miss Mundo 2000, me animé a pintar una postal que había comprado allá. Hasta el día de hoy ese cuadro cuelga de mis paredes, lo amo. Lo hice con toda la frescura que implica no conocer técnica alguna y por ende, tiene mucho carácter.

—Integrás el taller de Laura Morás. ¿Con qué interés llegaste y cómo valorás hasta ahora los resultados?—Sí, estoy yendo a clases dos horas por semana hace un año y descubrí que no solo mejoré muchísimo, si no que el grupo humano de “mis” noches de pintura son mucho más que eso… así que si bien fui buscando saber retratar caras humanas, por el momento no solo lo logré, sino que gané un grupo de amigas increíble. Hacemos catarsis y todas nos damos para adelante en la vida. Terapia de la sana, de la que toda mujer necesita, más allá de despejar la mente a través de conectar con tu cuadro y en tu cuadro nada más.

—¿Con qué frecuencia pintás?—Cada día de mi vida. Tengo El living de mi casa ya totalmente invadido por bastidores y atriles, con hileras de cuadros en proceso esperando su turno. Pinto más de uno a la vez porque el óleo tarda mucho en secar por completo.

—¿Cuáles son tus planes en las artes plásticas?—Mi meta es terminar las dos colecciones que estoy elaborando lo antes posible para seguir exhibiendo y vendiendo a través de embajadas extranjeras en Uruguay y de embajadas uruguayas en el mundo. Agradezco ideas de personas que estén en el tema, por supuesto. Pero sin duda mi idea es apuntar afuera. Ya tengo una de grandes rostros (Abraham Lincoln, Reina Elizabeth II, Steven Tyler de Aerosmith, Freddy Mercury de Queen, Sir Winston Churchill, Claudia Schiffer, etc.) y otra de Rocha, en la que estoy intentado plasmar escenas muy rochenses por así decirlo (Puente sobre laguna Garzón, kitesurf, playas, La Paloma, etc). Si estas dos muestras venden bien, ¡nadie me para! (Y sino, ¡tampoco!)

—Tenés una gran carrera como modelo, con destaque en Estados Unidos y Europa, ¿das por cerrado ese capítulo?—Tal como dicen que el amor nunca acaba, sino que se transforma, acá me pasa un poco de eso. Tengo otras prioridades hoy, siendo mamá divorciada con cuatro chicos que cuidar y mantener. Me refiero a que tomarme en serio mi carrera, implicaría volver al ruedo en el extranjero y viajar por meses. Es un gran pendiente pero por el momento no lo veo probable. Pero para nada no lo doy por cerrado.

La modelo Katja Thomsen se reinventa a los 40:

—Cumplís 40 hoy sábado 29, ¿qué significa en tu vida esa edad, ese número?—La verdad es que vengo pensando en esta fiesta hace muchos años… me imaginaba mil escenarios menos el actual. ¡Me imaginaba hacer una mega fiesta! Cada 5 años quienes me conocen lo saben; hago una gran fiesta temática o de disfraces, y los 40 iban a ser icónicos. La mas grande celebración de la vida. Pero para pensar así, lo estaba haciendo desde mi zona de confort, pensando que la vida no me arrebataría todo lo que en ese momento tenía. Y, sin mencionar siquiera el tema coronavirus, hoy pienso que para celebrar mi vida los únicos que no pueden faltar son mis hijos… y ni siquiera eso me va a tocar porque Valentino está estudiando francés en París hasta marzo. La verdad es que aprendí a ser feliz con lo que tengo minuto a minuto. Y por supuesto, hay varios amigos que se van a acercar a brindar conmigo en José Ignacio y con los que estén la voy a pasar increíble. El 40 es solamente un número. Mi edad mental es otra y me siento de una edad universal, atemporal, difícil de atrapar en un número.

—Atravesaste por una separación de tu marido tiempo atrás, ¿cómo fue vivir ese proceso?—Así es, nos separamos en octubre de 2018, lo anunciamos a la familia en febrero de 2019 y el divorcio salió en diciembre de ese mismo año, tras 22 años de relación en total, de los cuales 16 de matrimonio. Fue un proceso dantesco para mí, porque sentí que la vida me había arrebatado todo lo conocido, todas las cosas materiales que tenía y principalmente, a mi gran compañero de viaje y el mega proyecto de familia que tenemos entre los dos. Pero no resultó ser tan malo mirándolo con el diario del lunes, porque hoy entiendo que no se nos desmoronó el proyecto porque siempre lo tendremos, solo que desde otro tipo de relación entre él y yo. Yo salí muy fuerte de todo ese dolor, muchísimo más de lo que jamás imaginé ser. Estoy bien plantada en mis pies, abierta a las cosas lindas que la vida aún tiene para mí. Hoy soy, sin duda, la versión 2.0 de quien yo solía ser.

—¿Cuánto costó tomar la decisión en función de que se trataba de tu pareja de prácticamente toda la vida?—No mucho. Éramos muy compinches, los mejores amigos en el mundo. Pero hacía años que no compartíamos valores ni modos de vida, lo cual nos llevaba a discutir a veces, pero a callar, las más. Un día en octubre de 2018 él vino de trabajar, acostamos a los chicos y en vez de sentarnos a mirar el noticiero y a charlar como siempre, se sentó en un banquito en el living con papel y lápiz en mano y me empezó a hacer una lista de las cosas que haría cada uno y que le tocarían a cada uno si algún día nos separábamos. Incluyó hasta las visitas de los nenes. Yo, que no era ajena a lo mal que veníamos estando, me sorprendí pero tampoco tanto. Le seguí la corriente y en diciembre me fui a mi casa en José Ignacio y un año más tarde ya estaba el divorcio firmado. Tomar la decisión fue mucho más fácil que hacerme cargo del dolor que sentí después. Pero fue una buena decisión por el bien, principalmente, de nuestros hijos.

—¿Cómo definirías el vínculo actual con tu ex?—El vínculo actual con mi ex es muy cordial. El interés común que tenemos es el de criar a nuestros hijos. Dadas las circunstancias, que no son las de las familia clásica que yo viví cuando era chica, creo que la llevamos súperbien. Lo lindo es que cada uno se supo rearmar.

—Hace un tiempo dijiste que habías sido víctima de bullying en el colegio. ¿Cómo crees que te marcó?—Me hizo muy tímida en la adolescencia y afectó mi autoestima montones. Pero también me hizo desarrollar un costado empático que nunca hubiera tenido tal vez de no ser por esa experiencia. Y me hizo resiliente a más no poder.

—¿Has conversado sobre la situación con aquellos compañeros acosadores?—No, no me interesa porque no se trata de ellos. La charla que sí sigo esperando, es la pendiente con las autoridades de la institución que lo toleró y por ende, lo permitió. Te puedo decir que después de ese programa al que te referías, muchos alumnos del mismo centro educativo me confiaron historias similares por Instagram.

—Sos madre de cuatro hijos, ¿cuánto impactó la maternidad en tu vida?—La maternidad me dio más sabiduría que todos los años en Facultad de Derecho juntos, pongámoslo así. La maternidad me hace vivir para ellos antes que para mí y creo que lo mejor de todo fue tener tantos hijos, porque aprendí a prever necesidades de tipos de personalidad totalmente diferentes, con lo cual crecí mucho como ser humano. La versatilidad de caracteres e intereses de mis chicos me hace la mujer más rica del planeta.

—¿Te gustaría que alguna de tus hijas fuera modelo?—No más que cualquier otra cosa que ellas elijan ser. Y ellos. El mayor por ejemplo, ya ha hecho campañas de chico cuando y porque él quiso, es más, a veces manejándose él directo con mi manager Carlos Camara porque yo no le fomentaba mucho el tema. Aprovechaba si venía a casa Carlos y hablaban de negocios. Si a ellos les nace usar su belleza para trabajar como modelos, yo jamás los frenaría, pero tampoco impondría esa o ninguna otra profesión a seres que son, ante mis ojos, un lienzo en blanco. Libres.