Montar un nuevo PC puede suponer todo un desafío, y no lo digo únicamente por los problemas que está experimentando el sector de las tarjetas gráficas de consumo general donde, como sabrán muchos de nuestros lectores, los precios se han inflado de tal manera que, ahora mismo, es prácticamente imposible conseguir un modelo de nueva generación a su precio recomendado. Lo digo por todas las implicaciones que tiene.
Para montar un nuevo PC con éxito, debemos elegir los componentes que mejor se adapten a nuestro bolsillo, y a nuestras necesidades. No basta con limitarnos a comprar lo más caro o lo más barato, debemos afinar nuestras compras para conseguir, dentro de cada rango de precios, aquellos componentes que mejor cubren nuestras exigencias, y que mejor valor ofrecen en función de lo que nos queramos gastar. Esto es lo que se conoce como buscar el mejor valor precio-prestaciones.
Pero eso no es todo, también hay otras cosas que debemos tener muy en cuenta, y con las que debemos tener mucho cuidado al montar un nuevo PC, ya que, de lo contario, nos harán perder rendimiento, y en algunos casos pueden darnos incluso más de un quebradero de cabeza, y de gran importancia, así que por eso me he animado a compartir con vosotros esta guía donde vamos a descubrir esas cosas que debemos evitar al montar un nuevo PC para no perder rendimiento, y para asegurar un funcionamiento óptimo de nuestro nuevo equipo.
Si al final, tras leer este artículo, os queda cualquier duda, podéis dejarla en los comentarios y os ayudaremos a resolverla. Dicho esto, empezamos con la guía, poneos cómodos que hay mucho que leer.
Si renuevas equipo, haz una instalación limpia de Windows.
Es uno de los errores más frecuentes que se comenten al montar un nuevo PC, sobre todo cuando decidimos reutilizar unidades de almacenamiento y no queremos «perder tiempo», entre comillas porque, desde luego, hacer una instalación limpia del sistema operativo en estos casos no es una pérdida de tiempo, más bien todo lo contrario.
Cuando hacemos esto, estamos utilizando una instalación de Windows que tiene controladores, archivos de sistema y registros vinculados a nuestro viejo equipo. Obvia decir que esto puede generar conflictos y problemas de estabilidad, especialmente si hemos pasado de una configuración basada en CPU AMD y GPU Radeon a una que utiliza un chip Intel y una GPU NVIDIA, o a la inversa.
De igual modo, no debemos caer en el error de pensar que, por haber pasado de un equipo que utiliza una CPU y una GPU de la misma marca, no vamos a tener ningún problema, o que no vamos a perder rendimiento. También nos equivocaremos al creer que, por limpiar los controladores y otros archivos, ya no es recomendable o necesario hacer una instalación limpia del sistema operativo.
Haz una copia de seguridad, y posteriormente una instalación limpia de Windows para dar la bienvenida a tu nuevo PC. No lo dudes, merece la pena, no solo por una cuestión de rendimiento, sino también de estabilidad.
Aquí podemos ver cómo queda la RAM cuando se configura correctamente en doble canal. Los dos módulos ocupan ranuras alternas.
Sí, ya sé que solo hay una manera de introducir los módulos de memoria RAM en sus ranuras correspondientes sin romperlos, pero si tenemos una placa base con cuatro ranuras y solo vamos a utilizar dos módulos, es fácil que cometamos el error de no instalarlos en el orden correspondiente para activar el doble canal, y esto nos hará perder rendimiento, tanto a nivel de CPU como a nivel de GPU, en caso de que utilicemos una solución integrada.
Todas las placas base explican, a la perfección, el orden necesario para activar el doble canal, así que con mirar el manual es más que suficiente. No obstante, si no quieres molestarte en hacerlo, te diré que normalmente basta con instalar los dos módulos en las ranuras 1 y 3, o en las ranuras 2 y 4, es decir, en régimen impar con impar, o par con par. No tiene mayor misterio.
No activar el modo de doble canal al montar tu nuevo PC hará que la memoria RAM trabaje sobre un bus de 64 bits en vez de con un bus de 128 bits. Esto reduce enormemente el ancho de banda, con todo lo que ello supone para la CPU, que trabaja codo con codo con la memoria RAM, y para las GPUs integradas, que utilizan dicha memoria como VRAM, ya que carecen de la suya propia.
Por fortuna, es un problema que puedes resolver sin tener que hacer un gran esfuerzo, aunque si ya has cerrado y conectado tu nuevo PC, puede que tengas que desconectarlo y que moverlo para poder abrirlo y cambiar el orden de los módulos de memoria RAM. Si has ocupado las cuatro ranuras de tu placa base no te preocupes, el doble canal se habrá activado.
Descargar, e instalar, los nuevos controladores de tu tarjeta gráfica es fundamental, y muy sencillo.
Muchas veces, cuando terminamos de montar un nuevo PC, es fácil que nos puedan las ganas de empezar a disfrutarlo, y esto puede hacer que nos acabemos olvidando de cosas tan importantes como, por ejemplo, instalar los últimos controladores de nuestra tarjeta gráfica, actualizar la BIOS de la placa base, o llevar a cabo cualquier otro tipo de actualización que pueda ser importante y que, en definitiva, pueda acabar afectando al rendimiento del equipo.
Personalmente os recomiendo que, antes de empezar a montar un nuevo PC, tengáis claro todo el software, los controladores y las aplicaciones de terceros que vais a necesitar para poder sacarle el máximo partido. Así, una vez que hayáis terminado el montaje, solo tendréis que empezar a instalar, uno a uno, todos los elementos que hayáis incluido en esa lista. Algunos tardarán más tiempo, otros menos, y algunos ni siquiera necesitarán que reiniciéis el equipo, pero son imprescindibles.
En mi caso, por ejemplo, cuando terminé de montar mi nuevo PC, lo primero que hice fue llevar a cabo una instalación limpia de Windows 10 Pro. Una vez terminado el proceso, busqué actualizaciones para la BIOS, y después instalé los últimos controladores para mi tarjeta gráfica. Dejé para el final las aplicaciones dedicadas a periféricos, como por ejemplo el software para la tarjeta de sonido e iCUE, que me permite controlar la iluminación LED RGB y los ventiladores.
Aunque entiendo que el proceso de montar un nuevo PC puede diferir en función de los gustos de cada usuario, al final ese orden que os di anteriormente es prácticamente un estándar, y resulta lo más recomendable. Obviamente, una vez que tengamos todo eso instalado, podremos seguir con aplicaciones y programas de ocio y trabajo, y con nuestros juegos favoritos.
Crear un buen flujo de aire es fundamental para mantener unas buenas temperaturas de trabajo.
Y no me refiero específicamente a ningún componente en concreto, sino que hablo de forma general porque no todos los equipos tienen las mismas necesidades, y no presentan las mismas particularidades. Obviamente, si vamos a montar un nuevo PC que utiliza componentes de gama media, cuyos consumos son bastante contenidos, será muy difícil que lleguemos a tener problemas de temperatura, pero esto puede cambiar si cometemos algún error importante durante el montaje.
He visto cosas muy graves, como por ejemplo instalar sistemas de refrigeración a los que, por un despiste, no se les ha quitado el plástico protector de la base de cobre que hace contacto con el IHS de la CPU, montajes con la fuente mal orientada, lo que hacía que el calor se acabara acumulando en el interior, y también equipos con soluciones de refrigeración inadecuadas para sus necesidades reales, o ventiladores mal orientados. Al final, todo esto puede hacer que tengamos problemas de temperatura en uno o varios componentes, y que estos no puedan rendir como deberían.
Para evitar esto, solo tienes que asegurarte de escoger bien las soluciones de refrigeración que vas a necesitar, y de instalarlas correctamente. También debes tener cuidado de montar adecuadamente todos los componentes que puedan generar una gran cantidad de calor, como la fuente de alimentación, por lo que ya comentamos en el párrafo anterior.
Así, por ejemplo, si vas a utilizar un procesador como el Intel Core i9-12900K, debes tener en cuenta que este chip puede consumir casi 300 vatios con overclock, y que alcanzará temperaturas bastante altas cuando trabaje con una carga que ponga todos sus núcleos al 100%. Esto significa que, cuando trabaje con cargas pequeñas, apenas generará calor y consumirá muy poca energía, por lo que podría parecernos que un simple ventilador de 120 mm montado sobre un radiador ligero sería suficiente para mantenerlo bajo control, pero la realidad es totalmente distinta, y nos estrellaremos con ella en cuanto empiece a «masticar hilos».
Así de fácil es cargar un perfil XMP en la BIOS.
Esto es muy importante, y la verdad es que al final pueden influirnos también esas «ansias» empezar a disfrutar de nuestro equipo nada más terminar de montar un nuevo PC. Antes de ponerte a disfrutar de tus juegos favoritos, o a empezar a utilizarlo como si ya estuviera todo terminado, debes completar algunos ajustes fundamentales que harán que tu ordenador pueda desarrollar, de verdad, todo su potencial.
Algunos ajustes dependerán de la configuración que hayamos escogido a la hora de montar un nuevo PC. Por ejemplo, si hemos montado un procesador serie «K» de Intel, es probable que queramos hacer overclock para que este pueda ofrecer un extra de rendimiento. Pues bien, esto requerirá de un ajuste manual por nuestra parte, que podremos llevar a cabo bien a través de la BIOS, o bien mediante la aplicación Intel Extreme Tuning Utility, que es totalmente gratuita. En el caso de que nos hayamos decantado por un Ryzen 3000 o 5000, también podemos hacer overclock para rascar un poco más de rendimiento.
Lo mismo ocurrirá si hemos montado memoria RAM que viene a frecuencias superiores a las de los estándares JEDEC. Por ejemplo, si montamos memoria RAM a 3.600 MHz, deberemos entrar en la configuración de la BIOS y cargar el perfil XMP correspondiente para que funcione a esa frecuencia. Si no lo hacemos, funcionará por defecto a 2.400 MHz. Por suerte, no es complicado, y normalmente todas las placas base actuales permiten hacer ese ajuste con unos simples clics.
Como ya hemos dicho en el punto tres, para terminar de montar un nuevo PC con éxito y asegurar su máximo rendimiento y estabilidad, es necesario instalar los drivers y las actualizaciones pertinentes, pero también tienes que realizar esos ajustes extra que requieren algunos componentes para poder exprimirlos al máximo. Por último, si te has decidido a hacer overclock a uno o varios componentes, te recomiendo que, antes de dar el montaje por terminado, realices al menos una prueba de estabilidad que cargue al 100% los componentes que has utilizado. Así te asegurarás de que el overclock que has conseguido es totalmente estable.
No hablo sin motivo, hace unos años, cuando terminé de montar un nuevo PC que estuve utilizando como equipo personal durante bastante tiempo, instalé un Ryzen 7 1800X y pude llevarlo, para mi sorpresa, a casi 4,1 GHz de frecuencia. El equipo arrancaba y funcionaba, pero cuando algunos juegos exigían un pico de rendimiento importante y cargaban la CPU más de lo habitual, sufría pantallazos azules. Al final, tuve que bajar el overclock a 4 GHz raspados.
Las prisas nunca son buenas, y en este tipo de casos pueden acabar en un desastre. Planifica bien la elección de componentes para no cometer errores al montar tu nuevo equipo, y cuando te pongas a montar un nuevo PC hazlo con cuidado y sin prisa. No te preocupes si tienes que detenerte un momento a mirar algo en los manuales, y tampoco te sientas mal si necesitas interrumpir el montaje para consultar algo o para pedir ayuda. Siempre es mejor hacer eso que correr el riesgo de romper algo en lo que has invertido mucho dinero.
Por otro lado, nunca olvides que un PC bien montado, pero mal configurado, puede acabar siendo un enorme quebradero de cabeza. Invierte el tiempo, y los recursos necesarios, a configurar bien tu nuevo equipo, y hazte con todos los programas y las herramientas que vas a necesitar para darle el uso que tienes previsto, de una manera óptima y segura.
Cuando hayas finalizado el montaje, y tengas todo bien instalado y configurado, puedes terminar con una prueba de estabilidad, como hemos dicho, pero también es buena idea pasarle algunas pruebas de rendimiento centradas en los componentes clave. Por ejemplo, para el procesador puedes utilizar Cinebench R23, ya que en su prueba multihilo carga la CPU al 100%, y te permitirá comparar el rendimiento con otros procesadores.
Para la memoria, AIDA64 es una excelente opción, y para las unidades de almacenamiento la más sencilla y recomendable es CrystalDiskMark. Por último, para la tarjeta gráfica existen varias aplicaciones interesantes que te permitirán medir el rendimiento, pero creo que lo mejor es que la pruebes directamente con los juegos y aplicaciones que tienes previsto utilizar, ya que esto te permitirá descubrir si su desempeño está a la altura de tus expectativas, y si raya al nivel de otros modelos similares.
Ten en cuenta que es normal que se produzcan pequeñas discrepancias, tanto al alza como a la baja, incluso en configuraciones que a priori parecen idénticas. No te preocupes si tu equipo rinde un poco menos que otro aparentemente igual, ya que siempre hay un pequeño margen de error, y de variabilidad, en las pruebas de rendimiento. Solo si la diferencia es considerable (más de un 5%), sí que puede que tengáis un problema. En caso contrario, es totalmente normal.