La familia del hombre de 49 años que murió en Sevilla la semana pasada cuando intentaba robar en un piso reclama información sobre el cadáver. El fallecido trataba de acceder de madrugada a una vivienda de un séptimo piso de la calle Doctor Pedro de Castro, muy cerca del Parque de María Luisa. Trataba de entrar en el domicilio por la ventana, tras escalar por la fachada del bloque. Se cayó y se precipitó al vacío desde una altura de unos 20 metros, muriendo en el acto.
Una persona de la familia se ha puesto en contacto con este periódico para denunciar la opacidad que están teniendo a la hora de poder obtener información sobre dónde se encuentra el cuerpo de este hombre. El delincuente era huérfano, pero estaba empadronado con una tía suya que es soltera, y que es la persona que la ha criado. Vivió en su casa hasta que cayó en el mundo de las drogas y fue imposible la convivencia. El hombre pasó 14 años en prisión por varios robos con intimidación. Había salido varios meses atrás y había vuelto a robar, pues seguía padeciendo una fuerte adicción a los estupefacientes.
Fue a esa tía que lo crió a quien llamó la Policía Nacional a mediodía del jueves 13 de enero para informarle de que su sobrino había muerto al caerse durante un intento de robo. El accidente ocurrió a las dos de la madrugada. Le dejaron un número de teléfono, al que la mujer ha llamado de forma insistente en los días siguientes, pero sin que consiga hablar con nadie. Se trata del número de la centralita de la Jefatura Superior de Policía, en la avenida de Blas Infante. Después de conocer lo ocurrido, acudió en compañía de otro familiar al juzgado de guardia para reclamar información.
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— Ian🪐💫 Tue May 18 23:42:33 +0000 2021
Una vez allí, le indicaron que el caso lo lleva el juzgado de Instrucción número 11 de Sevilla y le pidieron que acudiera el viernes 14. Ese día, sin embargo, el funcionario que debía dársela se encontraba de vacaciones y nadie podía decirle nada más porque el juez, que era quien podía autorizar que se le diera información, estaba de permiso ese día. Volvieron el lunes 17, y le comunicaron que no podían decirle dónde estaba porque ni la autopsia ni la investigación no habían terminado.
Desde entonces, siguen sin saber dónde se encuentra el cuerpo. Las autoridades esgrimen que no pueden darle información porque supondría una infracción a la ley de protección de datos. Le han pedido el DNI del muerto, pero la tía no lo tiene. Asegura que a su sobrino le robaron unos días antes una mochila con sus pertenencias y el único papel que llevaba encima en el momento de su muerte era uno de un comedor social en el que paraba a comer.
La tía quiere reconocer el cadáver de su sobrino y la familia pide que se le informe de dónde se encuentra el cuerpo. Éste tuvo que ser trasladado en un primer momento al Instituto de Medicina Legal de Sevilla, donde se practican las autopsias, pero no saben si luego ha sido derivado a algún otro tanatorio o dependencias judiciales. Los parientes del difunto temen que se le entierre o incinere sin que ellos estén presentes. También quieren hacerse cargo de los restos del mismo.