Alicia Lerma (1975, Madrid) es ejemplo de ello. Con más de 10 años de experiencia como detective privado y cientos de casos a sus espaldas, se puede decir que es de las mejores de España: la agencia Indicios, que fundó hace casi una década y de la que es directora, recibió en 2015 el Premio Estrella de Oro a la Excelencia Profesional, del Instituto para la Excelencia Profesional.
Con Indicios colaboran alrededor de una veintena de detectives de toda España para resolver todo tipo de casos, no solo de infidelidades como se suele pensar. "Ahora mismo, por ejemplo, estamos haciendo más casos de competencia desleal y de custodia de niños. También hemos tenido casos de maltrato y de abusos a menores, que son temas horribles porque aunque te quieras poner una carcasa, esas cosas te afectan", cuenta a MagasIN.
Otra similitud con el estereotipo de detective que nos llega desde las películas y libros policíacos es la "flexibilidad" de horarios: desde jornadas maratonianas a estar disponible "24/7" para los clientes. "Yo me acuerdo del primer servicio que dice, que estuve 10 horas delante de un portal y dije: me he equivocado de profesión, tenía que haber seguido donde estaba, ¿para qué he estudiado yo tanto para estar metida en un coche 10 horas? Lo pasé fatal".
Y es que cuando iba a 'clase de detectives' todo parecía muy bonito. Estudiaba psicología forense, derecho, balística... Pero la realidad es muy distinta a la teoría. "Esta profesión te tiene que gustar, si no, olvídate porque es muy sacrificada. Nadie sabe lo que es estar horas esperando a que salga alguien, muchas veces sin tener coche o un sitio donde sentarte, con sol, lluvia, frío... Pero bueno, a mí la carrera me encantó".
Alicia Lerma es la directora de la agencia de detectives privados Indicios.Enrique Falcón
Alicia estudió Ciencias Criminológicas y de la Seguridad con el título de Detective Privado y el de Dirección de Seguridad Privada en la Universidad CEU San Pablo. Nunca había pensado en ser detective, es más, de pequeña soñaba con ser veterinaria. Comenzó delineación industrial, pero lo dejó al quinto año "con algunas asignaturas de cuarto". No le gustaba ni tenía intención de dedicarse de ello. Entonces se puso a trabajar, pero ser secretaria de dirección le parecía "muy monótono". Necesitaba algo más para sentirse realizada.
"Mi padre me impulsó a ser detective porque veía que me podía llenar. Me habló de la carrera y yo ya tenía 30 años y decía: ¿cómo me voy a poner ahora a estudiar? Al final mira, la saqué en tres años y muy contenta". Al terminar se curtió trabajando como autónoma tres años y después se decidió a montar su propio negocio: Indicios.
Desde entonces ha resuelto todo tipo de casos. Algunos le han supuesto una gran satisfacción, mientras que otros han sido desesperantes. "Uno que siempre me viene a la memoria fue un caso de infidelidad que resolvimos en media hora. Esperamos a que la persona saliese de su trabajo y como al cuarto de hora o veinte minutos de seguimiento quedó con una chica y ya estaba hecho", recuerda entre risas. "Luego hay otros casos que a lo mejor llevamos dos años y no sacamos resultados. No sabemos si es porque no los hay o porque no tenemos la suerte de dar con el día en que haga algo".
También mantiene una estrecha conexión con la Policía, a quien acude para consultas o avisar de delitos. "Si por ejemplo nos contratan para seguir a una persona o para averiguar dónde está una mujer, siempre preguntamos si hay algún tipo de antecedente por violencia de género o alguna orden de alejamiento porque es peligroso".
Alicia Lerma en su despacho de Madrid.Enrique Falcón
"Otras veces avisamos de algún caso que llevemos para que, una vez consigamos las pruebas a los clientes, ellos actúen. Una vez, por ejemplo, nos vino un señor al que estaban coaccionando desde hacía tres años. El hombre estaba a punto del suicidio porque ya no podía más. Llamamos directamente a la Policía y nos coordinamos para que ellos llevaran la investigación. Gracias a Dios, cogieron al responsable y el hombre por fin descansó".
Alicia tiene que saber gestionar la frustración cuando no sabe cómo seguir tirando del hilo; tener empatía con los clientes, que "muchas veces nos cuentan cosas que no han dicho a nadie más"; y sangre fría en momentos de posible peligro. "Los clientes deciden recurrir a un detective muchas veces por divorcios o por el tema de los niños: manutención, custodias, ver si realmente está cuidando al hijo... Cuando se ven impotentes porque no tienen pruebas para poder denunciar o simplemente porque quieren resolver una duda".
"Es verdad que muchas veces viene gente que nos cuenta cosas que no ha contado a nadie y somos como su punto de apoyo. Se pueden desahogar y también hacemos un poco de psicólogos, de medio abogados porque les intentamos orientar sobre cuál es la mejor fórmula para ellos... Yo intento también hacerlo lo más efectivo posible, pero también lo más económico".
Enrique Falcón
Como cada caso es diferente, la forma de proceder también y, pese a su gran trayectoria, es inevitable quedarse estancada en algún punto de vez en cuando. Por suerte, algo que está cambiando en el gremio de los detectives privados es el compañerismo. "Antes era un sector en el que cada uno iba mucho a su bola, a su ritmo... Pero ahora yo creo que hay mucho más compañerismo. Tenemos un chat de mujeres donde nos consultamos cosas como: qué cámara utilizarías o qué hago con esto, cómo puedo tener acceso a esto otro...".
Justamente por la necesidad de contar con más apoyos, Alicia creó en 2018 la Asociación Nacional de Mujeres Detectives Privados (ANMDP). "Yo le llevaba dando vueltas hace tiempo porque veías que tanto dentro de los colegios, asociaciones, reuniones de detectives no había mujeres casi presentes. Es verdad que somos muy iguales, muy valientes ambos, pero creo que siempre la visión de una mujer es distinta a la de un hombre. Somos distintos, ni mejor ni peor, pero que siempre podemos aportar algo. En todas las profesiones siempre hay una asociación de mujeres, ¿por qué no hacerla aquí?".
Según los datos de la ANMDP, solo hay unas 400 mujeres detectives en activo en España, que representan el 30% del total de detectives. Por eso la asociación tiene como objetivo "encarar la investigación en femenino. Sumar, aportar iniciativas, ideas y proyectos", siempre de forma "inclusiva, no exclusiva". En definitiva, visibilizar su papel en la profesión y luchar contra los estereotipos que rodean a los detectives.
Enrique Falcón
"Me he encontrado a gente que se sorprende cuando pasan a mi despacho y ven que soy una mujer en vez de un hombre director. También muchas veces me han confundido por teléfono con la secretaria. Muchas veces no es que lo hagan porque sean machistas, sino porque está tan metido en nuestra manera de vivir en la sociedad... Lo mismo ocurre por ejemplo con una mujer camionera. Son cosas que ya no tendrían que existir porque realmente no somos ni mejores ni peores, sino que podemos hacer lo mismo".
Eso sí, a veces incluso puede sacar partido a esos clichés: "Que la gente tenga todavía ese estereotipo del detective hombre es que a veces nos favorece porque muchas veces hacemos investigaciones y la gente no se piensa que seamos detectives. Se abren más y tienen más confianza con una mujer, así podemos sacar más información", cuenta con una sonrisa pícara.
Actualmente, su agencia es de las más prestigiosas de España, pero el camino, como en cualquier proyecto empresarial, no ha sido nada fácil. A lo largo de estos años ha cambiado de socios, de despacho en un par de ocasiones, ha tenido largas épocas sin vacaciones ni horarios... Cuando le preguntan qué hace para desconectar, tarda en responder y después de un suspiro asegura que solo apaga el móvil por las noches. "Los primeros años no tenía vacaciones porque claro, cuando empiezas un proyecto, una sociedad, te tienes que meter de lleno y hacerlo tú. Me acuerdo que a lo mejor me iba tres días de vacaciones y era estar con el móvil continuamente. Es un trabajo en el que te puede llamar un cliente a cualquier hora".
Enrique Falcón
La conciliación en general es complicada para los detectives. Alicia nunca quiso tener hijos, "lo que he tenido han sido perros", pero incluso tener pareja se podía hacer cuesta arriba. "Tienes que tener una pareja muy comprensiva. Yo en mi caso lo tuve y entendía que yo a lo mejor me tenía que levantar a las tres, estaba 12 horas fuera de casa y luego a lo mejor llegaba a las ocho y quería dormir. Es que no tienes horario ni unos ingresos fijos, que eso también es muy importante y muy angustioso porque claro, cada mes la cuenta se pone a cero".
En este sentido, Alicia explica que la pandemia les "ha machacado muchísimo". Muchos de sus compañeros lo han dejado e incluso ella ha pensado en cerrar. "No podíamos hacer nada, teníamos los sitios y las horas acotadas... La gente no sabía cómo hacerlo y hemos tenido un parón muy fuerte. Era pensar: como esto siga así, no podemos salir adelante... Porque además, con todo esto la gente no se gasta el dinero en contratar detectives. Pero bueno, creo que he llegado hasta aquí y hay que seguir luchando. Si pasamos este bache creo que ya no habrá nada que nos pueda parar".
Lo más importante para ella es seguir ayudando a quien lo necesite porque "hay muchos casos que aunque sean muy pequeños, lo típico de que a lo mejor le están acosando en el trabajo o una posible infidelidad de su pareja, ves que es su problema, su mundo. A lo mejor a ti te parece pequeño, pero para esa persona no lo es. Entonces, poder ayudar la verdad es que sí que es una gran satisfacción".